martes, 19 de diciembre de 2006

Tocar, luchar y andar mamando

He visto los cortes de una película titulada Tocar y Luchar. En una de sus escenas aparece el tenor Plácido Domingo derramando unas lágrimas frente a 500 violinistas venezolanos. A mí también me dan ganas de llorar: el sistema que hizo posible la "aparición" de esa película se mamó el año 2005 más de la mitad del presupuesto que invierte el Estado venezolano en cultura. Pregunta de cajón: ¿es revolucionaria la indulgencia pro burguesa con que se ha tratado el tema Cultura en estos años?
Sin necesidad de forzarse a responder en estos pocos párrafos a esa pregunta, resulta al menos sospechosa la forma en que se ha querido mantener un sistema de privilegios que se traduce en una afrenta inverosímil al pueblo hacedor de cultura. Es urgente que nos detengamos a pensar (por ahora sólo a pensarlo) por qué el Estado invierte tantos millardos de bolívares en el mantenimiento de un aparato denominado orquestas sinfónicas y organizaciones afines, difusoras de la música académica, aporte de la cultura europea. Nuestros respetos y admiración a Brahms, Mozart, Beethoven y al espíritu universal que engendró la música de estos genios, pero si quedamos en que estamos en una revolución que ha de darle su justo valor a la creación del pueblo, a la herencia social de nuestros creadores de la tierra profunda, ¿por qué los cultores de los tambores de Curiepe tienen que desayunarse un tornillo, mientras las orquestas reproductoras de una música que no es nuestra ni de esta época (es decir, absolutamente extraña a nosotros como pueblo) reciben una cantidad de dinero que ya quisieran para sí el sistema de salud, el sector vivienda o los niños de la calle?
No hemos traído por los pelos la reflexión ni está suspendida en el aire. Hay cifras concretas que desenmascaran esta verdad insólita. Aquí van varias, junto con otros datos de interés.

***

“El Maestro Abreu” sigue siendo llamado El Maestro Abreu, y lo que molesta no es el título sino que el tipo lo ejerce en forma de poder absoluto: “sus” orquestas sinfónicas (regalo de las administraciones Lusinchi, Caldera y CAP) son intocables.
El año pasado, “sus” orquestas (FESNOJIV) recibieron del Estado 48 millardos de bolívares. Poca cosa para orquestas tan prestigiosas, diría cualquiera. El problema es que el CONAC le otorgó ese mismo año, a más de dos mil quinientas agrupaciones artísticas y culturales (teatro, danza, música popular, etc.), la suma de 47 millardos.No es el Estado la única fuente de ingresos del andamiaje orquestal del "Maestro". FESNOJIV es un proyecto financiado por… Hay que decirlo: por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Ustedes saben: la música, el desarrollo, la salud. Elementos afines entre sí.Preciso es dejar de lado por un momento a las orquestas de “El Maestro”, no vaya a ser que se piense que es algo personal contra él. También sucede que el Estado, a través de otras vías, les asigna recursos a otras orquestas y agrupaciones de ese género, y la sumatoria, según ciertos documentos públicos que ya son objeto de la curiosidad de unos cuantos, anda muy por encima de los 100 millardos. Sólo la Filarmónica Nacional, la Sinfónica Venezuela y la Sinfónica Municipal, por mencionar tres de las cinco fundaciones orquestales que funcionan en Caracas (y del montón que hay en el país) suman 20 millardos de presupuesto, otorgado por diversas entidades estatales. En 1997, el BID aprobó 8 millones de dólares para las orquestas juveniles en Venezuela. El año pasado BANESCO decidió otorgar 3 millardos para la dotación del sistema de "El Maestro". Los ejemplos podrían seguir.
A todas estas, para cumplir con el requisito de que la cultura debe ser “para el pueblo”, las orquestas del “Maestro” dan conciertos gratis. Y ¿será que el pueblo necesita que le muestren “gratismente” una forma de cultura casi vacía de contenido para nosotros, gracias a las inversiones multimillonarias a favor de un “Maestro” y un “Sistema” que se llevan en los cachos más de la mitad del presupuesto para la Cultura de este país?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola.. bueno solo quiero saber si estas de acuerdo con lamusica clasica..

Nelly Tsokonas dijo...

José Roberto, me gusta leer lo que escribes, aunque muchas veces, las más, no comparta tu opinión. Sin embargo, no es omún encontrar, y menos por este medio de las llamadas redes sociales, gente que escriba tan bien como tú lo haces. Vale decir entonces, que te leo, en principio, por el puro y simple placer del gusto por una buena lectura.

Con respecto al contenido de este artículo, partes de una premisa que no comparto: "música que no es nuestra ni de esta época (es decir, absolutamente extraña a nosotros como pueblo)".

Más bien abogo porque el Sistema de Orquestas permanezca y porque se le aporte más dinero a los cultores de nuestra música y de nuetra cultura, eso sí.

Saludos.
Nelly Tsokonas /@abezeta

José Piña dijo...

La ideologia burguesa la reproducimos en la vida diaria y en esta revoluciòn algunos piensan que estan avanzando, pero como el cangrejo para atras!!!!!!!!!!!!!!!