miércoles, 4 de abril de 2007

Casi toda La casa del Perro y reflexiones sobre abril

Usted la recuerda. Usted la extraña. No se haga el loco: usted quisiera estar leyendo La casa del Perro, pero cuando pulsa sobre el enlace aparece una vaina de Banesco o un recuadro a manera de epitafio que informa dizque Not found.
Usted suspira por aquellos debates a veces de altura y a veces primarios. Recuerda las mentadas de madre, las contradicciones del autor y de los visitantes, las espantosas erratas, los ataques gratuitos. A usted eso no se le olvidará jamás.
En fin. Acabo de descubrir que existe un servicio o sistema donde usted puede recuperar entradas antiguas, blogs completos o semicompletos así los haya borrado. Me pegué a él desde Alexa y obtuve un archivo bastante completo de la entrañable Casa donde yo ladraba. El sistema de llama Wayback Machine y este es el enlace:

http://web.archive.org/web/*sa_/http://casadelperro.blogspot.com

Las fechas que verán en la lista remite a actualizaciones del blog en períodos específicos. No entiendo por qué razón, el sistema sólo registra las actualizaciones desde agosto de 2005 hasta el 22 de mayo de 2006. La casa del Perro fue descontinuada y suprimida de la red unas horas después de conocerse los resultados de la elección presidencial del 3 de diciembre de 2006, por consideración y lástima hacia los fans de "Elbú" Rosales.
Ya que estamos en eso y también estamos en abril, le recomiendo entonces pulsar en el enlace de arriba la fecha correspondiente al 15/04/2006 (también puede hacerlo en este otro). Allí encontrarán mis reflexiones de ese momento sobre el drama de 2002, las cuales no han variado, y también una crónica sobre los padres de Gonzalo Jaurena, quien hoy 4 de abril cumple 18 años de asesinado por la "democracia" que ciertos hijos de puta añoran.
Acá al lado, en la columna de la derecha, tienen también una pestaña titulada CasadelPerro, que contiene varios de los artículos publicados en ese blog. Pero una cosa es ver el texto copiado y pegado y otra muy distinta ver al bicho resucitado o al menos aparecido, como un fantasma incómodo.

Pequeño problema: no pueden abrirse los cuadros de los comentarios. Pero no importa. Todos cuantos entraron allí a convencerme o acusarme de algo salieron coñaceados y revolcados. Es sabroso tener la razón.

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