viernes, 11 de mayo de 2007

Misión Boves en la Casa Amarilla

Ilustración: Rukleman Soto

El profesor Jhonny Balza me dio varias clases de esas que no se olvidan, durante nuestra incursión (intensa e inconclusa) en la escuela de Historia de la UCV. Esta aclaración la hago porque debo hacerla: ninguna acusación o señalamiento podría hacerle a este caballero, ni en lo personal ni como el militante y dirigente político que ha sido durante más años de los que yo puedo recordar de mi vida. Así que yo he dicho y seguiré diciendo cosas sobre el Estado y el patético empeño de algunos compatriotas chavistas, funcionarios de este Gobierno, de intentar hacer una Revolución utilizando bases jurídicas e institucionales heredadas del Estado burgués, pero ninguna de esas cosas amargas pueden ir dirigidas al amigo Balza, básicamente porque ningún ataque contra la integridad moral o política de ese caballero tiene posibilidades de prosperar.

Hoy, Jhonny Balza es director del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”. En tal carácter, me invitó hace unas semanas a participar en un foro sobre el tema de los medios de comunicación en Venezuela. La actividad se llevó a cabo el miércoles 9 de mayo en la Casa Amarilla; me acompañaron en el panel (o yo las acompañé) las periodistas Hindu Anderi y Helena Salcedo.

En esa actividad hice y dije esencialmente lo mismo que he escrito y dicho todas las veces que me ha tocado disertar sobre mi visión del mundo enfrente de un auditorio chavista. Allí estaban, funcionarios altos y medios de la cancillería, profesores y estudiantes del Instituto Pedro Gual, público en general. Ah, y un grupo de niñas de Protocolo, una de las cuales me dio al final la mayor satisfacción de la jornada.

Ante todos los presentes, dije cuál es la definición de la palabra o concepto “Revolución” que me parece más acertada: un accidente de la historia durante el cual los ciudadanos se aplican a demoler las instituciones y convenciones establecidas (generalmente con el fin de levantar nuevas instituciones y nuevos paradigmas), o al menos a ponerlas bajo cuestionamiento.

Les dije que, a la luz de esa visión del tiempo revolucionario, resulta un poquito bastante raro el que en Venezuela se proclame que estamos en Revolución pero los dirigentes han sido incapaces, ya no de demoler, sino ni siquiera de cuestionar algunas entidades sacrosantas: la universidad, la noción de Dios, la Ley de Ejercicio del Periodismo.

Les dije que deberíamos comenzar por cuestionar a la academia, esa fábrica de imbéciles por antonomasia, de la cual alguna gente está orgullosa porque su fundación data del siglo 18 tal vez sin darse cuenta que con ello están celebrando el talante colonial de una institución profundamente anquilosada por origen, estructura y funcionamiento.

Les dije que bien difícil será dar ese paso desde el Gobierno bien intencionado que tenemos hacia una etapa genuinamente revolucionaria, si seguimos empeñados en cantar loas y alabanzas gratuitas (o tarifadas) al Gobierno, si nos empeñamos en decir que todo cuando haga y proponga Chávez está bien, y si no le ponemos empeño para cuestionar aunque sea a Dios, figura y concepto al cual es preciso bajar a patadas del pedestal en que lo tenemos porque esa mierda ha sido otra arma más de dominación.

Les dije que esa edificación en la que estábamos era una casa construida de acuerdo con criterios autoritarios, de acuerdo con una visión de la sociedad que pretendía que el Poder y los poderosos son más importantes que los ciudadanos comunes, y esa era la razón por la cual ese recinto no estaba lleno de amas de casa, estudiantes y pobres en general: ese recinto se construyó para hacer sentir empequeñecido y aculillao al ciudadano, y todavía hay gente que se persigna al entrar allí porque cree que esa mierda es sagrada.

Les dije que si tan difícil ha sido cuestionar a la academia, a Dios y al Estado adeco que aún sobrevive, mucho más tenía que serlo el cuestionar leyes también adecas de las muchas que nos rigen y limitan, como por ejemplo la Ley de Ejercicio del Periodismo (con lo cual aterricé por fin en materia).

Les dije que los gloriosos licenciados en Comunicación Social de este país se aferran a esa maldita Ley con un fervor digno de mejor causa, cuando es evidente que ese instrumento nos convierte en delincuentes a millones de venezolanos, ya que según su artículo 2 es preciso haber estudiado en una escuela de periodismo para poder ejercer esa profesión, cuando la realidad indica que en todos los barrios, pueblos y caseríos del puto país hay al menos una emisora comunitaria y/o circula un papel llamado periódico comunitario o alternativo.

Les dije que estamos en un momento patético en el cual los ciudadanos caminamos más rápidamente que las Leyes y que quienes legislan se empeñan en criminalizarnos en lugar de actualizar y sincerar las leyes.

Les dije que esa basura de ley, esa soberanísima mierda, debe ser abrogada por referendo o violentada por los ciudadanos en su accionar cotidiano: yo ejerzo el periodismo sin ser licenciado un coño; entonces venga la policía y captúreme. A mí y a millones de venezolanos que andamos en lo mismo.

Les dije que el fondo del “problema” de la comunicación en Venezuela no tiene que ver con que RCTV es golpista y Marcel Granier un hijueputa, sino con que el Gobierno está metido en un problemón que cada día se complica más: el 27 de mayo tendrá una señal y una programación más que llenar, pero aparte de esa tiene a Telesur, a La Tele, la señal de Puma TV, a Ávila TV.

Les dije que antes, cuando era ilegal andar sacando periodiquitos alternativos y facinerosos, uno primero averiguaba si tenía algo que decir y después averiguaba cuánto y qué medios necesitaba para decirlo, y que hoy se ha volteado la tortilla: ahora hay real por coñazos y espacios disponibles y todavía uno no sabe qué coño va a contener la nueva programación de RCTV.

Les dije que la única gente que hoy por hoy estaba haciendo una televisión distinta en Venezuela era la gente de Ávila TV, y que eso tenía que ver con que los muchachos que están trabajando allí no tienen en la cabeza el disquito de “Uh-ah-Chávez no se va”, que esos carajitos son una parranda de greñúos y mariguaneros libertarios y que eso era garantía de calidad en un país que está de espaldas a la creatividad.

Les dije que yo no ando reclamando, comprando ni mendigando etiquetas, y mucho menos la de revolucionario; que me conformo con mi condición y mi conducta de bicho libertario, de ciudadano sin jefe, que es lo mismo que decir que no tengo amo ni dueño, y que por lo tanto nadie va a venir a sojuzgarme con mariqueras del tipo “Si no te inscribes en mi partido eres adeco y contrarrevolucionario”.

Fin de la intervención. Una mujer se me acercó para que le firmara una columna del viejo Matías Jáuregui, otro me pidió que le firmara un libro, dos o tres personas más se acercaron a saludarme, muertos de la risa. Los demás me miraban de reojo y por encima del hombro.

***

La mujer de Protocolo que me hizo feliz fue la que despidió a los distinguidos invitados: “Yo les pido perdón porque este sí es un espacio austero y respetable, y aquí se dijeron cosas y se utilizaron expresiones fuera de lugar. Yo tengo vergüenza ajena, yo les pido perdón por las cosas que escucharon aquí”.

Misión cumplida: la Misión Boves entró en la Casa Amarilla, estremeció algunas (in) conciencias, confundió a muchos, pasó a cuchillo a la mojigatería, la santurronería, la pacatería disfrazada de “moral y buenas costumbres”. La Misión Boves no descansará hasta que las instituciones no queden totalmente llenas de la rabia, los olores, las palabrotas y la energía limpia del pueblo.

11 comentarios:

Lorenzo Albano F. dijo...

Por una vez estoy perfectamente de acuerdo contigo, JRD.

Las leyes que hacen una actividad el espacio exclusivo de un "gremio" no son mas que la patente de corso para una rosca.

Tu escribes, la gente te lee (o no lo hace), y eso no es negocio de mas nadie. Si te leen eres periodista para ellos... que mas?

romrod dijo...

jaja muy bueno el cuento, ya me imagino las caras de la gente. Es que es increíble como hay gente que se ofende cuando uno usa un lenguaje directo y gráfico pero ni de vaina se inmuta cuando ve pordioseros en la calle o el sinfín de injusticias que nos rodea. Y muy cierto, la Casa Amarilla, según me enteré por mi prima la arqueóloga que no se si la conociste porque se la pasa excavando allí mismo, era nada más y nada menos que la cárcel en tiempos de la colonia. O sea que de respetable y austero no tiene mucho ese lugar, más bien durante siglos ha sido representante del poder ese que todavía muchos nos empeñamos en que cambie de manos y que se entregue de una vez a la gente.

Saludos!

Anónimo dijo...

Si todo el mundo, o la mayoría de los que hoy en día se dicen revolucionarios, pensara así yo estaría del lado de la revolución. De pana, en serio.

El problema es que desde aquí la revolución no se vé apuntando para donde tú dices. Se ve más bien como un "quítate tú pa ponerme yo" adornado de una retórica vagamente de izquierda. Todo eso acompañado por una cantidad de acciones legales y hasta para-legales cuyo propósito parece ser concentrar el poder en manos de la clase dirigente. O de Chávez.

El problema es justamente ese símbolo que encarna la revolución de la que hablas. Ese que se viste de militar y amenaza a diestra y siniestra con una prepotencia no muy diferente a la de Lusinchi y su famoso "tú a mí no me jodes".

Pero estos dos párrafos valen oro:

"Les dije que la única gente que hoy por hoy estaba haciendo una televisión distinta en Venezuela era la gente de Ávila TV, y que eso tenía que ver con que los muchachos que están trabajando allí no tienen en la cabeza el disquito de “Uh-ah-Chávez no se va”, que esos carajitos son una parranda de greñúos y mariguaneros libertarios y que eso era garantía de calidad en un país que está de espaldas a la creatividad.

Les dije que yo no ando reclamando, comprando ni mendigando etiquetas, y mucho menos la de revolucionario; que me conformo con mi condición y mi conducta de bicho libertario, de ciudadano sin jefe, que es lo mismo que decir que no tengo amo ni dueño, y que por lo tanto nadie va a venir a sojuzgarme con mariqueras del tipo “Si no te inscribes en mi partido eres adeco y contrarrevolucionario”."

Pana, disculpe los malentendidos y la agresividad anteriores. Ahora sí comprendo una buena porción de cosas. Relativas a la famosa Misión Boves y a este blog.

Un cordial saludo.

YABRINA dijo...

ME IMAGINO LA CARA DE DE VERGUENZA AJENA DE LA LINDA NIÑA DE PROTOCOLO (SEGURO QUE ERA MUY SIMPATICA SINO NO ESTUVIERA EN PROTOCOLO) COMO HACER PARA MANTENER UNA ACTITUD BIEN EDUCADA ANTE PALABRAS TAN "DISCORDANTES" SEGURAMENTE SE ARREPINTIO DE NO TENER A MANO UN PAÑUELITO PARA TAPARCE LA NARIZ TENER QUE ESCUCHAR TANTA PALABRA VULGAR EN AQUEL "RECINTO" Y TAMBIEN ME IMAGINO A Hindu Anderi SEGURAMENTE DECIENDOSE PARA SI "PERO PARA ESO HAY QUE ORGASNIZARSE" QUE HIPOCRESIA MAS GRANDE SEGURO NO LE DARA PENA AJENA LLEVARSE LOS BOLIGRAFOS DE LA CASA AMARILLA PARA SU CASA O UNA RESMITA DE PAPEL O DARSE CUENTA QUE ALGUNOS DE SUS JEFES ES TREMENDO CORRUCTO
HASTA CUANDO LA HIPOCRESIA HASTA CUANDO SEGUIREMOS VIENDO POR ENCIMA DEL HOMBRO AL PROJIMO POR QUE DICE MALAS PALABRAS O PORQUE MI CASA SI TIENE PLATABANDA Y LA DEL VECINO ES DE ZINC
BIEN HECHO DUQUE LASTIMA QUE COMO TU DICES NO ENTRARON EN ESE RECINTO UNAS CUANTAS AMAS DE CASA UNOS CUANTOS OBREROS O BUHONEROS

JRD dijo...

En fin, Lorenzo Albano y NBV. La diferencia fundamental entre este discurso y el de ustedes es la intencionalidad: allí donde ustedes ven razones para derribar a este Gobierno yo veo un estímulo para purificarlo. Ya veremos qué significado darle a eso de "purificar".
NBV, dices: "El problema es que desde aquí la revolución no se vé apuntando para donde tú dices." Yo creo que te refieres al Gobierno, no a la Revolución. esta no ha llegado todavía, pero ya vamos pa'allá.

RomRod, no conocía ese antecedente, interesante dato e interesante trabajo el de tu hermana. El punto es que haya sido una iglesia, un hospital o la casa de un rico, fue construida conforme a un modelo que tenía una misión específica: inspirarle terror a la gente y hacer sentir importantes a los poderosos, al Rey, a la metrópoli, a Dios.

Gracias, Yabrina. Cuando haya por ahí otra intervención de la Misión Boves en algún lugar "sagrado" te aviso, para que estés presente si puedes. Creo que la próxima será en la Biblioteca Nacional, el martes 22 de mayo a las 10 am. Ahí volverá a despertar la horda profunda. Te confirmo cuando me confirmen.

Anónimo dijo...

Fino Robelto,

Menos mal que le aclaraste esa vaina a los panas anteriores “las intenciones” es que ellos entre su “confusión” de términos ideológicos creen que cuando los de estos lados hacemos este tipo de críticas ya estamos tirando todo al traste, si precisamente lo rico de todo este peo es la intensa contradicción entre los viejos moldes y las conciencias revolucionarias de nuestra relaciones sociales.

Ahora bien, de todas maneras me llama la atención la hipocresía de unos cuantos, ¿es que acaso en el fondo no es el mismo contenido en el discurso que viene dando Chávez desde sus comienzo? ¿entonces porque se hacen los oídos ofendidos o transgredidos? ¿O se hacen los pendejos?

En fin,
ya iré a echarte una mano.

edgar

Anónimo dijo...

Sí, puede que esté confundiendo revolución con gobierno. A mí todos los gobiernos me parecen contrarios a la revolución y por eso siempre me he opuesto a todos los gobiernos. En particular, a este. Es que mira pana... me parece el gobierno más adeco de la historia del país. Vainas de la burocracia entre otras cosas.

Sobre lo que comenta el amigo Edgar: No interpreto las críticas como un salto de talanquera. Saludo la actitud crítica porque me parece un signo de honestidad. Sin honestidad es imposible construir nada. Además las críticas son también un signo de pensamiento independiente que, sinceramente, parece que no abunda en esos predios cercanos al poder. Y también, sin pensamiento independiente eso de transformar la sociedad como que no es tan fácil.

Lamentablemente yo no veo cómo construir esa sociedad igualitaria de personas libres desde el poder y como quien dice por decreto. Precisamente esa contradicción tantas veces expuesta en esta misma bitácora es lo que al igual que ustedes no logro resolver. Para ustedes la respuesta está allá donde ustedes están, para mí no. Eso es todo.

JRD dijo...

NBV, recuerdo que en un artículo anterior, de hace unos meses, discutíamos ese punto: ¿por qué apoyar a un Gobierno si se supone que somos antipoder? Yo presenté humildemente mi contradicción (porque la es) y me volvieron mierda: uno es antipoder, pero nunca como ahora Venezuela ha estado tan cerca de una Revolución, así que hay que defender al poder actualmente en funciones, a ese aliado que tenemos en Miraflores. Meterse a anarquista de frente equivaldría a dejarle bonito regalo a la derecha (ee decir, meter un retroceso histórico mortal), darle luz verde a una matanza fratricida, y demoler en este momento al Estado sería enviarle tarjeta de invitación al imperio para que se meta y nos escoñete a toditos.

Yo creo que es posible y necesario perfeccionar este Gobierno, pero también creo que Gobierno y revolución son antagónicos. Esa es mi contradicción. Habrá quien me ataque ahora desde su perfección, desde su absoluta coherencia.

Anónimo dijo...

Panita, ese es el peo contínuo que los lameculos que sobreviven sólo gracias al casquillo (un coñazo de cadáveres políticos tipo Osvaldo Alvarez Paz, Ledezma, Medina, y unos cuantos izquierdosos de café, curdas y oportunidades irrenunciables en esta aura de revolución) van a mantener a flote para no ahogarse en la miseria del olvido.
Con el güevito de que estamos a punto de materializar la revolución blablabla nos tenemos que calar a los arrimados que te hacen ver que sin su generosa contribución intelectual (de votos ni hablar: Chávez puede, como en efecto, mandar a lavarse ese culo a todo ese mamotreto adecoide trapeado de rojo que le aplanó el camino electoral gracias a las consejas que olían a Joe Napolitano y que, por obtusas que parezcan, siguen siendo útiles en ese juego de enamorar electores), sin su invaluable aporte, decía, esto se nos va por el camino de Carlos Andrés. Lo cómico es que es justamente ese es su único horizonte: la Venezuela Saudita donde el poder político no es más que una herramienta para quedarse con más de lo que cae de la piñata.
Obvio: eso es posible solo si la jaula de leyes que segrega al pobre, al marginado siga siendo reforzada con los mismos barrotes.
Más cínico que el discurso de un diputado en esa monotonía cromática que es el debate parlamentario es el gagueo baboso de los guardianes de la justicia... una justicia diseñada para garantizar no la permanencia, sino la inviolabilidad del status quo del que dependen ese quince y último que van desde el pozo al bolsillo sin conocer de barrios.
Lo repito incansablemente: la oposición real, la que le va a poner arrugadito el forro a los enflusaos, va a nacer desde adentro del pueblo que sigue viendo que los vicios mutan de la célula madre (la cuarta) a la célula hija (esto). Y que, inevitablemente, inexorablemente se va a arrechar. (Muestra de detonante: el peo de Otaiza).
A Johnny Balza, cuando le dieron esa responsabilidad, no lo estaban honrando: estaban montándolo en la olla para reventarlo. Ministerio tan reaccionario como ese, difícil encontrarlo. Sitio de pago de favores políticos, meretricio del nacionalismo que permite que cuatro pelagatos con "modales" (los de carrera) se entretengan entre bríndises y colocaciones de ofrendas florales. Estuve allí engañado con la promesa de ir a representar al país, al país revolucionario, en las remotas regiones del sureste asiático. Luego vino el clásico patadón por ese culo, mientras seguimos siendo representados por carajos que no conocen un barrio o un conuco ni por las fotos. Carajos enflusaos.
No, brother, hay que hacer bulla desde abajo. Volarse al intermediario. Horizontalizar la pirámide del poder. Decir las vainas como son, tomando el poder originario allá donde el poder constituido falla o tarda demasiado.
Digo yo, brother. No sé qué opinas.
Franco Munini.

Lorenzo Albano F. dijo...

Mi intencion no es siquiera "derribar" al gobierno. Sino hacerlo morir de indiferencia. Yo tampoco respeto la Ley de Ejercicio del Periodismo. Habiendo suficiente gente que no respete esa patente de corso, se convertira en letra muerta.

Mi respeto no es hacia las leyes y regulaciones, o hacia lo que una cierta "mayoria" tenga a bien imponerme directamente o a traves de representantes regularmente electos, (sea que lo codifique en lenguaje legal o no) y mucho menos a los organos de represion financiados con los "impuestos" que supuestamente esa "mayoria" aprobo, pero que individualmente nadie quiere pagar si puede evitarlo.

Mi respeto es para ciertos principios que se llaman derechos individuales, y que en general afirman que el poder de los otros sobre uno debe ser limitado a lo que uno personalmente y conscientemente acuerda con ellos. Sea que esten codificados en leyes o no.

Yo no firme la desgraciada Ley de Ejercicio del Periodismo y tu tampoco, y no veo porque deberiamos apegarnos a ella.

Anónimo dijo...

JRD Con este articulo me traes a colacion nuevamente el pesar que me dio el dia que abandonaste la agencia, una vez mas me confirmas que son pocos los que entienden que sucede y que si, ciertamente, esto nos debe dar brios para mejorar, con tal que las mejoras no sean restructuraciones de tres años... jajajajajaja...
Por eso diran que la creatividad aflora cuando hay crisis... y como ahorita lo que hay es real por coñazos estamos faltos de creativos...
H.
Un Abrazo Perro!