miércoles, 30 de mayo de 2007

Tips de la güevonología desatada en Venezuela

¡Viva la Universidad!
El viernes 25 de mayo la Asamblea Nacional cometió el error de invitarme para que hiciera uso de un derecho de palabra, en una sesión callejera concebida para que todos dijéramos a coro: "Granier es una rata golpista, viva el Gobierno". En vista de que yo he dicho eso muchas veces y de muy distintas formas, quise aprovechar esos minutos para decir algunas cosas un poco nuevas y un poco incómodas, para esbozar aunque fuera un acercamiento al fondo del problema llamado Medios de Comunicación.
Al finalizar los 15 minutos que duró mi cháchara había un gentío mirándome con arrechera y otro gentío más cagándose de la risa, pero sin atreverse a expresarme su acuerdo. Yo soy así. Nací o me formaron con ese defecto. Tengo muy mal sentido de la oportunidad. Pensar que con haber alabado a los presentes me hubiese ganado unos aplausos.
En resumen, repetí más o menos lo mismo que un par de semanas antes en la cancillería: la universidad es una fábrica de mediocres sin sensibilidad social, prepotentes y con aires de entidad superior; una institución colonial de mierda, creada y desarrollada conforme a las necesidades de una estructura de poder elitesca y excluyente; una estructura según la cual los profes son seres muy inteligentes que le inculcan conocimiento (remember el verbo adoctrinar, muy de moda) a una parranda de güevones, mismos que, al ser evaluados, deben reproducir dócilmente lo que el profesor, eco de la voz de la universidad, les ordena pensar. Si usted escribe o dice en un examen algo distinto a lo que la universidad le ordena, usted está raspao.
Hablé de la Ley de Periodismo y de la necesidad de derogar esa mierda, pues es expresión de una sociedad adeca que se niega a morir. Puse como ejemplo vivo de cierto disparate a Willian Lara: dije que ese tipo es licenciado en Comunicación Social (porque la UCV le dio una licencia) pero no es periodista, porque, que se sepa, el ministro no ejerce la profesión ni se gana el piche plato de espaguetis ejerciendo el oficio.
Más vale que no, mi compai.
Como respuesta, Earle Herrera y el propio Willian reaccionaron con tremendos argumentos, demostrativos de la profundidad del pensamiento que emana de la U-U: "¡Willian Lara sí es periodista y que viva la Universidad!": Guao.
Cuarenta y ocho horas transcurren. No hay que repetir lo que sucedió y está sucediendo. Tan sólo les pido a los compatriotas revolucionarios Lara y Herrera que, si de verdad quieren defender a la Universidad, lo hagan ahora.
Ahí los tienen, en las pantallas de televisión: esos son los profesionales del futuro. Esos son los sujetos que al cabo de unos años defenderán la academia, el campus, el Almamarte, la condición de profesionales, con el mismo encono con que hoy lo hacen Herrera y Lara.
Échenle bolas, siéntanse orgullosos: "¡Que viva la Universidad!".
Agradecido, Urica Antoñanzas, alias A.C., por regalarme esta reflexión.

Tombos y sifrinos, otra vez
Detuvieron a unos pendejos mientras jugaban al paladín de la libertad, aquí en Caracas. Adivinen el argumento: "Daños contra la propiedad privada". Por los tiros y pedradas que recibieron varios tombos el domingo y lunes no metieron preso a nadie. Conclusión: la propiedad privada es más importante y más digna de ser protegida que la vida humana (porque la vida de los tombos lo es, nos guste o no).

Picnic
En Montalbán les metieron mano a otros tantos güevones, y adivinen qué: la abogada ha salido a "defenderlos" diciendo que ellos estaban tan sólo "haciendo una fogata". Ya verán el titular en El Nuevo País: "Presos hermosos héroes adolescentes por realizar picnic nocturno".

Basura
¿Y el Leopoldo qué? Su rudimentaria intuición política le indicó que meterse entre los estudiantes para jalarles bolas ha de convertirlo en ídolo de esta generación, y es probable que tenga éxito. A los pendejos que tiene empleados como policías en su municipio les ordenó, como en tiempos del show militar en la Plaza Francia, que protegieran a los sifrinos que se aplicaran a quemar basura en las calles (buena estrategia para darles el día libre a los recolectores de basura). Así de estimulados están los perfumadísimos "rebeldes" de Chacao: ¡Aprovecha ahora para protestar! La policía no se meterá contigo y además las cámaras de Globovisión estarán allí para convertirte en superhéroe. Hasta a mí me está provocando ir para allá a agitar y echar piedras. Ya oigo a los cachorros de Bandera Roja, orgullosísimos: "No te llevo nada, guón: Leopoldo se siente orgulloso de mí".


lunes, 28 de mayo de 2007

Tombos, sifrinos y represión

A la memoria de Yulimar Reyes, Gonzalo Jaurena, Carlos Yépez, Belinda Álvarez, Douglas Blanco y los otros miles de dirigentes estudiantiles asesinados por la Policía Metropolitana en los años de la democracia burguesa, por ejercer su derecho a la protesta.
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El viernes, unos compas del 23 de Enero fueron a rayar las paredes de Globovisión y a su regreso la policía capturó y retuvo a dos de los nuestros.
Ayer hubo focos de protestas contra la medida que envió a las catacumbas del coñísimo a la canal abierta de RCTV. Hay varios policías heridos por la acción de la turba de sifrinos congregada en Conatel, frente a la ex Radio Caracas y en la autopista Francisco Fajardo. Resultado: cero manifestantes detenidos, cero manifestantes coñaceados.
A esta hora, unos estudiantes de la UCV que esperaban un fulano permiso para salir a marchar, se pasaron por el forro de las bolas el permiso y salieron. Ahora están en la plaza Brión de Chacaíto. El marico a quien escogieron como portavoz ha dicho: "A ustedes les consta que no hemos agredido a la PM ni a la Guardia Nacional". Estos y otros universitarios han dicho que no regresarán a sus casas hasta que el Gobierno no ponga en el aire la televisora de las familias Bottome y Granier, y que ellos llaman "de todos los venezolanos". Interesante coyuntura: de esta forma le dan comienzo a la presunta "rebelión" organizada y ordenada a base de panfletos anónimos desde Miami. Así arrea a esos pobres pendejos, engañados porque creen saber qué cosa es la represión, la propaganda de la derecha criminal.
Resultado: cero manifestantes detenidos, cero manifestantes coñaceados.
Inevitablemente uno recuerda que, a un mes de la masacre que perpetró esa misma Metropolitana (entonces bajo las órdenes de Peña y Henry Vivas) contra el pueblo bolivariano en el centro de Caracas, la clase media en pleno y los desclasados de este lado, que han sido pelabolas siempre pero no pueden dejar de lamerle el culo a los ricos, hicieron una marcha de apoyo a esos asesinos.
Oh, qué gloriosas víctimas de la represión, estos sifrinos del coño. A estos pobres bobos alienados les metieron en la cabeza un CD que los hace repetir a cada rato "Esto es una dictadura Esto es una dictadura Esto es una dictadura Esto es una dictadura", para llorar a moco suelto por la implantación de un régimen comunista que los reprime. Pero los ejecutores de la represión, en lugar de proceder contra ellos, como procedían contra nosotros, brutalmente y con órdenes de matar, ahora se dejan patear y apedrear por ellos a la manera de la policía suiza, sin mover un dedo para rozarles su delicada piel.
Y a ustedes, tombos de mierda: bien merecida tienen esta zaparapanda que les metieron los sifrinos.
Ustedes, miembros de un cuerpo policial concebido y entrenado por décadas para rejoder al pueblo, aprendieron tan bien la lección que todavía hoy siguen y seguirán haciéndolo, así su jefe sea chavista y diga que el Gobierno es el pueblo, así la clase para la cual trabajan en la vida real los patee, los escupa, los apedree, los humille.
Jódanse todos, tombos y sifrinos. Para la construcción de la sociedad del futuro será preciso prescindir de todos ustedes, detritus de la misma cagada político-social que todavía nos oprime.

sábado, 26 de mayo de 2007

La pobre gente que apoya a RCTV (ni siquiera eso: apoya a las empresas 1BC)

El canal RCTV es expresión de democracia. Haber nacido bajo los auspicios del gobierno ¡democrático! en funciones en 1954 y haberle sobrevivido, mientras centenares de venezolanos se pudrían en los calabozos o desaparecían para siempre, tiene que haber dejado su impronta. La empresa que puso en el aire a ese canal no hubiera podido operar sin la unción, la bendición y el consentimiento de los gobiernos ¡democráticos! de Pérez Jiménez, Leoni, CAP y sus sucesores. Todo en orden: gobierno que no mata gente sino comunistas es democrático, porque sí. Y medio de comunicación que lo respalda, vaya, es expresión de democracia por los siglos de los siglos.
Hoy se llevó a cabo en Caracas una movilización de personas que dicen ser libres pero cuyo discurso es copia fiel, automática y dócil de lo que la directiva de RCTV y la clase empresarial les ordena pensar: que cortarle las alas a una tiranía corporativa como la empresa 1BC, florecida bajo el manto protector de una dictadura sangrienta como la perezjimenista, es atentar contra la libertad. Estos empresarios tienen todo el derecho de ponerse a llorar: acaban de quitarles un negocio multimillonario que ellos, en su prepotencia, creyeron tener derecho de explotar a perpetuidad. Así que estas líneas no van contra esos empresarios, sino contra la parranda de güevones que fueron a marchar para defender los intereses de esa élite de explotadores hijos de puta, contra la parranda de güevones que piden a gritos que un grupúsculo hable por ellos, en lugar de hacerlo por sí mismos.
De ese tamaño es su paradoja vital: dicen que aman la libertad pero son incapaces de ejercerla. Si Marcel Granier y sus sirvientes no comunican por ellos, se sienten indefensos. Estos infelices se sienten aferrados a la estructura tiránica que los obligó durante todo el siglo XX a ser espectadores pasivos, dóciles y sin voz de unos medios que lo sabían todo y siempre tenía la razón. Hoy esa estructura está siendo demolida, pero ha encontrado en sus víctimas (vaya triste y lamentable paradoja) a sus mejores aliados: el esquema estandarizado del poder comunicacional los convirtió en autómatas, en rebaño de elementos sin voluntad ni independencia de pensamiento, e hizo tan bien su trabajo que hoy los utiliza a ellos mismos, sus subproductos, para defender el negocio. Su eslogan del momento (no el que les ordenaron vociferar sino el que llevan entronizado en lo profundo, en lo secreto de la conciencia clasista) es: Te prohibo que me hagas libre. Con mi dueño, con mi amo, con mi patrón, no te metas.
Triste, triste.

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Hablando de eslogans, el más acertado que conozco en materia de protagonismo ya dejó de serlo. Es creación de la gente de Catia Tve. Dice: No vea televisión: ¡hágala! Y en efecto, poco a poco la fracción mayoritaria del pueblo, la más digna e intuitiva, se ha desatado a comunicar en lugar de dejarse imponer contenidos. No hay lugar de venezuela donde no florezcan emisoras y periódicos comunitarios y alternativos. La gente ya no quiere que le impongan medios de comunicación; ya las masas descubrieron que más sabroso, honesto y creador que exigir información es hacerla. No hagas comunicación social: hazla.
El esquema mental represivo y reprimido que mueve al antichavista estándar nunca será capaz de comprenderlo. En una sociedad que todo lo convierte en mercancía, los antichavistas fueron convertidos a la fuerza en consumidores pasivos de contenidos. Lo peor (para ellos) es que ha de costarles gigantescos e inútiles esfuerzos dar el importante salto desde la reproducción automática de discursos (que es lo que hace la mayoría: revisen los blogs antichavistas y díganme dónde hay siquiera una idea original) hacia la experiencia liberadora de pensar, analizar y comunicar por sí mismo y desde sí mismo.
Y son esos, pobres seres incapaces de moverse sin un empresario que se lo ordene, quienes dicen estar luchando por la libertad (como si supieran qué mierda es esa).

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Post Data. Acabo de oírle decir al superperiodista Kico que hay un "cacerolazo incontenible en todas partes". Vengo de recorrer las calles del 23 de Enero y no he escuchado una sola cacerola. Pero comprendo perfectamente lo que está pasando por esa albóndiga que quiere pasar por cerebro: "Todas partes" es un lugar lleno de sifrinos alienados, de autómatas que sólo saben repetir lo que dice Globovisión. Las comunidades pobres no están en ninguna parte, no existen. Sólo tiene el privilegio de existir aquello que se amolda a los medios y sus tiranías empresariales, en lugar de rebelárseles.

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Post Data 2: Desde acá y desde cualquier otro escenario en que me toque, respaldo y respaldaré a los colectivos populares que hace dos noches le hicieron a Globovisión el favor de pintarles la fachada con consignas rudas y combativas. Esa uniformidad de las paredes es reflejo de lo que llevan en el cerebro estos bichitos del canal: todo en blanco hasta que el dueño ordene cuándo y cómo accionar.
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En To2blogs:

domingo, 20 de mayo de 2007

Contra los premios de periodismo

Nuevamente se ha convocado a los “periodistas de verdad” y a los “comunicadores alternativos y comunitarios” a que envíen sus trabajos y recaudos al Minci, con el fin de optar a dos premios por separado: el Premio Nacional de Periodismo (para los periodistas “de verdad”) y el Premio Nacional de Comunicación Comunitaria y Alternativa (para los güevones que no fueron a una universidad, fábrica por antonomasia de burgueses y sifrinos). Al respecto me manifesté con alguna virulencia hace dos años y hoy quiero hacerlo de nuevo. Porque en el análisis de esa doble convocatoria puede uno encontrar claves para entender mejor el alma profundamente burocratizada, profundamente respetuosa de las leyes adecas del estado Burgués, todavía en vigencia; el alma rotundamente aferrada a las formas y códigos impuestos por la clase dominante, por ese enemigo que está afuera y también dentro de las mentes, llamado dominación; el alma en derrota que ha logrado imponerse en los ministerios chavistas, llenos de compas muy valiosos, valientes y honestos, pero perdidos en un laberinto espantoso: todavía quedan hermanos, camaradas, que creen que puede hacerse una revolución sobre la base de un Estado liquidado, o en proceso de liquidación.

El chiste resumido es este: el pensamiento conservador le ha impuesto a la sociedad un esquema mental según el cual hay una cosa llamada periodismo, hecha por gente superior que se graduó en la universidad, y otra cosa bastarda, menor, despreciable, llamada “comunicación popular”, hecha por el pueblo, esa masa que no fue ni irá nunca a la universidad, pero que a fin de cuentas hace lo mismo que los periodistas. Es más o menos la misma racionalidad absurda que llama “cultura” a las bellas artes y “folklore” o “cultura popular” a los tambores de Curiepe: la dominación impone unos códigos y los dominados terminan aceptándolos y reproduciéndolos.

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El disparate con los premios comenzó de esta manera. El año 2005 me tropecé en el periódico con las bases del Premio Nacional de Periodismo. Una de las bases indicaba que para optar al premio en su mención Opinión no era necesario haberse graduado de bobo en una universidad ni estar inscrito en un fulano Colegio Nacional de Periodistas. Esto me pareció, de entrada, un signo de apertura en las bases, así que decidí postular unas entregas de mi columna. Una vez en el lugar, la niña que me recibió y revisó los recaudos me explicó amablemente que no cumplía con los requisitos; supe entonces que la convocatoria no había sido redactada correctamente, y que en realidad hasta para poder opinar hay que ser licenciado.

Procedí a escribir unas cuantas cosas amargas sobre el premio, sobre la Ley de Periodismo y sobre la insólita adoración de esta Ley retrógrada y reaccionaria por parte de algunos panas periodistas que son o dicen ser revolucionarios. Un alto funcionario del Gobierno respondió al correo colectivo que divulgué, con copia a todo el mundo, diciendo que estaba de acuerdo en lo esencial con lo que decía este perro impertinente, y se formó el verguero. El jurado se reunió y le comunicó al alto funcionario que si así era la vaina entonces el jurado renunciaba en pleno y no había premio ese año. Por su parte, los “periodistas de universidad” leyeron mi artículo como les dio la gana y salieron a decir, con la hintelijensia que los caracteriza, que yo había armado todo ese peo para que me dieran a mí el premio. Lo dije entonces y lo repito: si van a seguir estafando a la gente haciéndole creer que los licenciados son seres superiores a los “comunicadores populares”, métanse su premio y su Día del Periodista por el hueco del culo. Estamos como viejitos para andar participando en farsas y engaños de esa naturaleza.

A partir de entonces, y en vista de las muchas protestas por parte de “comunicadores populares”, decidieron crear a partir del año siguiente un Premio Nacional de Comunicación Alternativa y Comunitaria, especie de limosna que los señores licenciados les dan, en forma de migajas de pan que se cayeron de la mesa después del banquete, a los comunicadores que no fueron a la universidad.

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Así que hoy tenemos dos premios: uno para “periodistas” y uno para “comunicadores populares”. Ignoran o quieren ignorar los burócratas y sifrinos que la comunicación es una sola, que no hay periodistas y comunicadores porque comunicadores somos todos. Ignoran o quieren ignorar que desde hace un rato la gente común se desató a hacer periodismo, y que si algo está fuera de lugar, desfasado, legitimando un insulto colectivo contra millones de venezolanos, es ese instrumento absurdo llamado Ley de Ejercicio del Periodismo, básicamente por ese artículo que obliga a la gente a ser “licenciada” mientras el sistema hace cada vez más elitesca y excluyente a la universidad. Si esa ley tuviera vigencia efectiva todos esos seres humanos que están haciendo periodismo en las comunidades deberían ir presos, y en ese combo va metido quien esto escribe, porque hace rato no publico nada en los periódicos “decentes” sino en papeles de circulación local, y en Internet.

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No todos los licenciados en Comunicación Social son periodistas: hay gente que se gradúa de esa cosa y no se dedica a hacer periodismo.

No todos los periodistas son licenciados en Comunicación Social: yo voy para 20 años ganándome la vida haciendo periodismo y nunca me gradué. Según la Ley de Ejercicio del Periodismo, soy un delincuente.

Debería entonces haber un solo Premio Nacional donde pueda participar toda la gente que se dedica a la comunicación, o suspender las entregas de ese premio hasta que aprendamos a respetarnos.

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Punto de honestidad: muchos “comunicadores populares”, en vista del despiadado ataque de los medios privados y sus “periodistas” contra el Gobierno, creen que el periodismo que nos merecemos es uno donde Chávez es un rey intocable y que no hay que hablar mal de los ministerios que te dan una pauta publicitaria. El “periodismo privado” echa mierdas sobre Chávez; cierto “periodismo comunitario” cree su deber entonces llenar sus espacios de puro “Uh-ah, Chávez no se va”. Ese es el lamentable panorama del periodismo venezolano: unos hacen uso de la profesión para defender sus privilegios de clase y otros lo hacen para jalar bolas. ¿Excepciones a la regla? Las hay, cómo no.

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Hace un par de meses Chávez alabó en su programa un reportaje aparecido en El Nacional. Anótenlo por ahí. ¿Cuánto apostamos a que a ese reportaje le dan su Premio Nacional? ¿Cuánto apostamos?

domingo, 13 de mayo de 2007

Estos son los titulares

  • EEUU no las compra, las produce. Pero está muy preocupado: sus 1.500 F-16 tiemblan ante los 24 MIG 26 de la FAV.

  • Por fin se respiran aires nuevos, de futuro, en el antichavismo. Por fin los jóvenes tendrán una alternativa.

  • Se equivoca el Premio Nobel: la pobreza en el mundo es culpa de Chávez.
  • El comemierdismo de la derecha venezolana ha visto en esta declaración un elogio a Chávez y una apología del comunismo. Ojalá sigan así; es bueno verificar que nunca saldrán de ese pozo infecto. Lean los comentarios en Noticias24. Un canto a la neurosis.

viernes, 11 de mayo de 2007

Misión Boves en la Casa Amarilla

Ilustración: Rukleman Soto

El profesor Jhonny Balza me dio varias clases de esas que no se olvidan, durante nuestra incursión (intensa e inconclusa) en la escuela de Historia de la UCV. Esta aclaración la hago porque debo hacerla: ninguna acusación o señalamiento podría hacerle a este caballero, ni en lo personal ni como el militante y dirigente político que ha sido durante más años de los que yo puedo recordar de mi vida. Así que yo he dicho y seguiré diciendo cosas sobre el Estado y el patético empeño de algunos compatriotas chavistas, funcionarios de este Gobierno, de intentar hacer una Revolución utilizando bases jurídicas e institucionales heredadas del Estado burgués, pero ninguna de esas cosas amargas pueden ir dirigidas al amigo Balza, básicamente porque ningún ataque contra la integridad moral o política de ese caballero tiene posibilidades de prosperar.

Hoy, Jhonny Balza es director del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”. En tal carácter, me invitó hace unas semanas a participar en un foro sobre el tema de los medios de comunicación en Venezuela. La actividad se llevó a cabo el miércoles 9 de mayo en la Casa Amarilla; me acompañaron en el panel (o yo las acompañé) las periodistas Hindu Anderi y Helena Salcedo.

En esa actividad hice y dije esencialmente lo mismo que he escrito y dicho todas las veces que me ha tocado disertar sobre mi visión del mundo enfrente de un auditorio chavista. Allí estaban, funcionarios altos y medios de la cancillería, profesores y estudiantes del Instituto Pedro Gual, público en general. Ah, y un grupo de niñas de Protocolo, una de las cuales me dio al final la mayor satisfacción de la jornada.

Ante todos los presentes, dije cuál es la definición de la palabra o concepto “Revolución” que me parece más acertada: un accidente de la historia durante el cual los ciudadanos se aplican a demoler las instituciones y convenciones establecidas (generalmente con el fin de levantar nuevas instituciones y nuevos paradigmas), o al menos a ponerlas bajo cuestionamiento.

Les dije que, a la luz de esa visión del tiempo revolucionario, resulta un poquito bastante raro el que en Venezuela se proclame que estamos en Revolución pero los dirigentes han sido incapaces, ya no de demoler, sino ni siquiera de cuestionar algunas entidades sacrosantas: la universidad, la noción de Dios, la Ley de Ejercicio del Periodismo.

Les dije que deberíamos comenzar por cuestionar a la academia, esa fábrica de imbéciles por antonomasia, de la cual alguna gente está orgullosa porque su fundación data del siglo 18 tal vez sin darse cuenta que con ello están celebrando el talante colonial de una institución profundamente anquilosada por origen, estructura y funcionamiento.

Les dije que bien difícil será dar ese paso desde el Gobierno bien intencionado que tenemos hacia una etapa genuinamente revolucionaria, si seguimos empeñados en cantar loas y alabanzas gratuitas (o tarifadas) al Gobierno, si nos empeñamos en decir que todo cuando haga y proponga Chávez está bien, y si no le ponemos empeño para cuestionar aunque sea a Dios, figura y concepto al cual es preciso bajar a patadas del pedestal en que lo tenemos porque esa mierda ha sido otra arma más de dominación.

Les dije que esa edificación en la que estábamos era una casa construida de acuerdo con criterios autoritarios, de acuerdo con una visión de la sociedad que pretendía que el Poder y los poderosos son más importantes que los ciudadanos comunes, y esa era la razón por la cual ese recinto no estaba lleno de amas de casa, estudiantes y pobres en general: ese recinto se construyó para hacer sentir empequeñecido y aculillao al ciudadano, y todavía hay gente que se persigna al entrar allí porque cree que esa mierda es sagrada.

Les dije que si tan difícil ha sido cuestionar a la academia, a Dios y al Estado adeco que aún sobrevive, mucho más tenía que serlo el cuestionar leyes también adecas de las muchas que nos rigen y limitan, como por ejemplo la Ley de Ejercicio del Periodismo (con lo cual aterricé por fin en materia).

Les dije que los gloriosos licenciados en Comunicación Social de este país se aferran a esa maldita Ley con un fervor digno de mejor causa, cuando es evidente que ese instrumento nos convierte en delincuentes a millones de venezolanos, ya que según su artículo 2 es preciso haber estudiado en una escuela de periodismo para poder ejercer esa profesión, cuando la realidad indica que en todos los barrios, pueblos y caseríos del puto país hay al menos una emisora comunitaria y/o circula un papel llamado periódico comunitario o alternativo.

Les dije que estamos en un momento patético en el cual los ciudadanos caminamos más rápidamente que las Leyes y que quienes legislan se empeñan en criminalizarnos en lugar de actualizar y sincerar las leyes.

Les dije que esa basura de ley, esa soberanísima mierda, debe ser abrogada por referendo o violentada por los ciudadanos en su accionar cotidiano: yo ejerzo el periodismo sin ser licenciado un coño; entonces venga la policía y captúreme. A mí y a millones de venezolanos que andamos en lo mismo.

Les dije que el fondo del “problema” de la comunicación en Venezuela no tiene que ver con que RCTV es golpista y Marcel Granier un hijueputa, sino con que el Gobierno está metido en un problemón que cada día se complica más: el 27 de mayo tendrá una señal y una programación más que llenar, pero aparte de esa tiene a Telesur, a La Tele, la señal de Puma TV, a Ávila TV.

Les dije que antes, cuando era ilegal andar sacando periodiquitos alternativos y facinerosos, uno primero averiguaba si tenía algo que decir y después averiguaba cuánto y qué medios necesitaba para decirlo, y que hoy se ha volteado la tortilla: ahora hay real por coñazos y espacios disponibles y todavía uno no sabe qué coño va a contener la nueva programación de RCTV.

Les dije que la única gente que hoy por hoy estaba haciendo una televisión distinta en Venezuela era la gente de Ávila TV, y que eso tenía que ver con que los muchachos que están trabajando allí no tienen en la cabeza el disquito de “Uh-ah-Chávez no se va”, que esos carajitos son una parranda de greñúos y mariguaneros libertarios y que eso era garantía de calidad en un país que está de espaldas a la creatividad.

Les dije que yo no ando reclamando, comprando ni mendigando etiquetas, y mucho menos la de revolucionario; que me conformo con mi condición y mi conducta de bicho libertario, de ciudadano sin jefe, que es lo mismo que decir que no tengo amo ni dueño, y que por lo tanto nadie va a venir a sojuzgarme con mariqueras del tipo “Si no te inscribes en mi partido eres adeco y contrarrevolucionario”.

Fin de la intervención. Una mujer se me acercó para que le firmara una columna del viejo Matías Jáuregui, otro me pidió que le firmara un libro, dos o tres personas más se acercaron a saludarme, muertos de la risa. Los demás me miraban de reojo y por encima del hombro.

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La mujer de Protocolo que me hizo feliz fue la que despidió a los distinguidos invitados: “Yo les pido perdón porque este sí es un espacio austero y respetable, y aquí se dijeron cosas y se utilizaron expresiones fuera de lugar. Yo tengo vergüenza ajena, yo les pido perdón por las cosas que escucharon aquí”.

Misión cumplida: la Misión Boves entró en la Casa Amarilla, estremeció algunas (in) conciencias, confundió a muchos, pasó a cuchillo a la mojigatería, la santurronería, la pacatería disfrazada de “moral y buenas costumbres”. La Misión Boves no descansará hasta que las instituciones no queden totalmente llenas de la rabia, los olores, las palabrotas y la energía limpia del pueblo.

martes, 8 de mayo de 2007

Boxeo infantil con excusa

Tan sólo para probar una herramienta para subir videos distinta a la superputeada Youtube, va un pasaje de uno de los combates de la Copa Telesur de boxeo infantil, homenaje al inolvidable José Bonilla (La Cañada, 23 de Enero, Caracas):



domingo, 6 de mayo de 2007

Por qué decidí moderar los comentarios

El viernes detecté, en el contador de este blog, un flujo inusual de visitantes provenientes de dos joyas del "periodismo" de derecha, Noticiero Digital y Noticias24. Me metí a curiosear a ver de qué se trataba y me encontré con que ambas páginas habían enlazado mi blog a propósito de un artículo que escribí para el periódico Temas. En los dos enlaces que pongo a ambas páginas podrán leer una parte del artículo en cuestión. La introducción se la volaron limpiamente, ambos; mutilar es una curiosa vocación para la mayoría de los "defensores de la libertad de expresión", mismos que andan llorando lágrimas falsas por RCTV. Allá abajo pongo la parte del artículo que quitaron, para que completen la visión que tengo del tema.
Traigo a colación los enlaces porque ambos espacios contienen la respuesta a lo que plantea el título: he activado la moderación de comentarios porque no quiero que el blog que modero se convierta en eso. Sobra quien opine que esa decisión me convierte en censor, en enemigo de la libertad de expresión y tal. Como si ellos, desde sus respectivos espacios, no dedicaran amplios esfuerzos a descargarme (y descargarse).
La cosa es sencilla: ustedes tienen todo el derecho de volcar insultos sobre mí, descargarme, vituperarme, escupirme, mancillarme, vilipendiarme, calumniarme, pero háganlo allá en sus respectivos blogs (como en efecto algunos ya se han aplicado a hacerlo). También pueden hacerlo en el foro que he habilitado a tal efecto, acá arriba a la izquierda. Nadie ni nada se lo impide. Ahora, concédanme una gracia: el espírititu y contenido de este blog lo decido yo.
En fin, lean en los mencionados "noticieros" una parte de mi artículo y los chorros de bilis que ha provocado, y aquí abajo la primera parte que ambos espacios suprimieron, seguramente con la mejor de las intenciones (¡sí, cómo no!):
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Las diez mentiras y falacias
más comunes del antichavismo


El subtítulo de lo que dice allá arriba iba a ser: “Cómo pulverizarlas”. Es bueno copiar de vez en cuando el tonito de la autoayuda; hay un Chopra que vende más por los títulos que por la tripa. Sólo que la lectura de esto es gratis, y además, si lo vemos con detenimiento, es fácil concluir que no hay nada más fácil de reventar que todas las mentiras y algunas falacias. Algunas, sí; no olvidar que una falacia no necesariamente es una mentira, sólo que en labios de estos “sabios” ciertos análisis que podrían merecer respeto, como por ejemplo el tema violencia criminal (ellos lo llaman “inseguridad”, porque así les ordenan los medios identificarlo) quedan desnaturalizados.

El caso es que el Globovisionario promedio se ha aprendido un discurso hecho de códigos automáticos, frases hechas y eslogans, estructura y discurso válidos si quien los blande es un ama de casa indefensa que jamás sale a la calle ni dialoga con gente de carne y hueso, sino que está expuesta a lo que la propaganda antichávez la empuja a pensar, pero que resultan inaceptables en boca de esos ejemplares que se autodenominan “clase pensante”.

Advertencia previa, que ameritará otros abordajes: en conjunto y en sus detalles, estas fantasías pudieran causarle gracia a la gente que sí vive el país. Digo “vivir el país”, porque hay personas que viven “en” el país, físicamente, pero que está desconectada de las verdades más íntimas, esas que sólo se perciben pateando la calle, discutiendo alegrías y amarguras con el pueblo profundo. A quienes les causen gracia los siguientes esquemas mentales, y aquí el sentido de la advertencia, es preciso que recuerden que la consolidación de los mismos en el cerebro de una importante masa de la población es una bomba de tiempo diseñada y activada metódicamente, con unos fines u objetivos específicos. Las rabias acumuladas suelen estallar de manera espantosa cuando no se drenan debidamente. El detonante del drama de abril 2002 fue una cosa tan pueril como la expulsión de unos patiquines y señorones de Pdvsa; si la masa antichavista sigue acumulando rabias y frustraciones, un día volverá a estallar porque Bernal le metió una patada a un perro, porque Carreño dijo que el comunismo es chévere o porque Jorge Rodríguez opinó que Gaby Espino está buena. Eso, la acumulación de odio, es un proceso bien planificado. Así que el recuento de los envases acumuladores de rabias debe ser visto a la luz de esta verdad, y no sólo como el chiste que parece ser.

jueves, 3 de mayo de 2007

La gente según "la gente"

Este post va dedicado a "la gente" que dice que Chávez inventó el odio clasista, que eso no existía y que la clase media ama a los pobres.
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En estos días me he tropezado, sin esforzarme mucho por buscarlos, algunos testimonios del desprecio natural que la gente le produce a cierta gente. Quizá no tenga mucho de perverso pero hay que registrarlo debidamente porque siempre es bueno buscar vestigios de la enfermedad cuando uno vive en una sociedad enferma: es común y casi ni se discute la visión según la cual es de pinga andar por Caracas en Semana Santa, Carnavales o en diciembre, porque queda semidesierta. No sé donde queda exactamente la frotera entre la misantropía y el derecho a la comodidad, pero es digno de revisión el que a alguna "gente" no le guste andar entre la gente: yo estoy cómodo si el otro no está cerca, no me toca, no me impregna con sus olores y sudores; me siento bien en "mi" ciudad sólo si el otro no me molesta con su música, que para mí es ruido. El seudofilántropo o seudohumanista dirá que le interesa la gente, pero bien lejos.
Del bulevar de Sabana Grande decía o dice "la gente" que era un desastre porque había muchos buhoneros. Ayer leí un post en el blog de un chamo, el cual contiene un extracto de algo que leyó en El Universal: En Sabana Grande ganó la gente. Acto seguido, hace un recuento de lo bien que la están pasando los comerciantes y los compradores, "luego de diez años de ocupación por parte de los buhoneros". Primera conclusión: los buhoneros no son gente. Gente es la que compra y vende según las reglas y normas de la economía formal. Y la que opina que no debe haber buhoneros en Sabana Grande.
Más abajo queda claro hasta qué punto es patente y terrible el ninguneo, la despersonificación de esos elementos no-gentes que son los buhoneros: "Juan Vicente Santiago pasea con sus lobos siberianos Amadeus y Salieri que salivan agitados sobre los adoquines. 'Esto no lo hacía desde hace 10 años. Vivo en La Florida y siempre me gustó esta zona. Ahora mis perros y yo ejercitamos aquí. Me preocupa que hay indigentes, pero también veo a la Policía Metropolitana por todos lados". Patético: el bulevar era un asco cuando había buhoneros, ahora es de pinga porque "la gente" puede llevar a sus perros a hacer ejercicios y seguramente a cagar. Con ciertos alimentos preparados, la mierda de perro es más soportable que la presencia de los bunoheros y de los mendigos.
Por fortuna, ahí están los paladines de la policía, prestos a coñacear a la gente si se atreve a incomodar a "la gente".

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El Universal de hoy viene también cargado de esa porquería llamada apartheid, exclusión, desprecio de los otros por su origen y condición social.
En la página 3-2 hay un semirreportaje que espeluzna. Su titular: Un paseo por el que nadie pasea. El resaltado es mío y tiene mala intención, pero no tanta como el que queda al descubierto al leer el sumario: Bancos y caminerías de la avenida Bolívar sólo sirven para albergar a mendigos. Otra conclusión lógica: ser mendigo es ser nadie. Una sociedad entrenada para convertirlo todo en mercancía, para consumir, comprar y vender, la gente que quedó fuera del sistema es un desecho, una presencia fastidiosa, algo que espanta a "la gente".
Otra hazaña de El Universal. Dice el gran titular de la página de sucesos: En La Vega matan a la gente por un bollo de pan. Uno se detiene un momento a leer la nota porque quiere averiguar por qué la gente de La Vega es tan coñoemadre, y se encuentra con que el bichito manipuló el comentario de una madre adolorida para ocultar en el titular la verdadera noticia: “El 1° de mayo salió un joven de su casa para comprar el pan, y fue atacado a tiros por miembros de una banda al confundirlo con un habitante de otra zona”.

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Post data. Hoy es dizque el Día Mundial de la Libertad de Expresión. Una ONG llamada Espacio Público ha dicho que las descalificaciones contra los periodistas son atentados contra la libertad de expresión. Yo opino que los periodistas que perpetraron los ataques contra la verdad señalados arriba son unos irresponsables, unos seres despreciables como profesionales. Esto los descalifica, así que yo estoy atentando contra la libertad de expresión. La verdad no es importante, lo importante es el derecho de esos vergajos a mancillarla.

Mocho del oído

Siempre he tenido a la mano, para justificar mi incapacidad para bailar bien o aunque sea decentemente, unas cuantas excusas: mis genes gochos, el insuficiente empeño de las novias que han intentado convertirme en buen bailarín, lo innecesario que resulta ser bailador si se es salsero, sobre todo cuando uno sabe que Alberto Naranjo, creador de El Trabuco Venezolano y otros monumentos de la música, baila peor que uno.
Pero nada, todo eso se me acaba de ir a la basura. Bastaron sólo los segundos iniciales de este video para desbaratarme los pretextos. No hay que tener una muela en el oído o tener dos pies izquierdos para bailar horrible, no señor: definitivamente, hay que ser mocho del oído para no entrarle al baile con saoco.


miércoles, 2 de mayo de 2007

El miedo es libre y adeco

Del primero de mayo de 1989 data una de las declaraciones más sinceras y graciosas emitidas por personaje público alguno en la chismografía política venezolana, que ya es bastante decir. Se la debemos a Antonio Ríos, para entonces presidente de la CTV. En tal carácter, el hombre estaba en la obligación de encabezar la tradicional marcha de los adecos en esa fecha, pero el ambiente estaba tan caldeado y el pueblo con las frustraciones tan a flor de piel, que el hombre se incorporó a la marcha en la plaza Miranda y media cuadra más allá tuvo que pegar un carrerón y montarse de emergencia en la moto de un escolta, porque en lugar de vítores la gente quería obsequiarle caramelos muchos más amargos.
Al día siguiente, interpelado por los periodistas para que respondiera el porqué de su arranque, el hombre no se anduvo por las ramas: "El miedo es libre".
El pasado martes, 18 años después de aquella gesta, el sucesor de Ríos en tan glorioso puesto tuvo que explicar también el porqué de la escualidez de la convocatoria. Nuevamente un presidente de la CTV echa mano de la sinceridad: la escasez de gente se debió "a las amenazas del Gobierno, que han atemorizado a nuestra gente".
Cuando las explicaciones sobran, el miedo termina de explicar muchas cosas.