sábado, 7 de febrero de 2009

Monte y culebra, o muerte

Cambia radicalmente la visión de eso que llamamos “panorama político” cuando salimos de Caracas, y en general de toda la Venezuela urbanizada y seudocosmopolita. Esta reflexión amerita pies de plomo y avisos de señalización en cantidad, porque sus líneas rectoras se emparentan peligrosamente con una vieja idea de la “clase pensante” (ustedes saben, esa parranda de universitarios y sus afines y derivaciones: sifrinos, sifrinoides, lechuguinos, protoaristócratas y demás güevones que se creen destinados por la providencia a dirigir al país y al mundo, porque dizque estudiaron y se quemaron las pestañas, como si los pobres no nos hubiéramos quemado todo el cuerpo, pestañas incluidas): la idea fatua, ridícula y vomitiva según la cual en Caracas, Carabobo y el Zulia el chavismo perdió porque la gente de las ciudades es más inteligente, estudiada y por lo tanto superior. Lo han dicho muchas veces; lo sugieren e insinúan a cada rato; de vez en cuanto se les expande el yoyo y lo dicen expresamente con un desparpajo y una sinvergüencería que te defecas, man.

Hace unos cinco años, al calor de la terrible derrota del antichavismo en el paro-sabotaje petrolero de 2002-2003, leí en El Nacional una columna de opinión, firmada por un pichón de tecnócrata de apellido Osío Cabrices, contentiva de la esencia (y buena parte de la sustancia) de esa increíble forma del pensamiento segregacionista, elitista y racista que gusta de llamar fascista al comunismo. No conservo la columna, pero a decir verdad no es necesario tenerla frente a los ojos, porque sus ideas son sencillamente inolvidables. Me atrevo a desglosar acá esas ideas:

*En las grandes ciudades, cosmopolitas y modernísimas o posmodernas ellas, vive la gente de avanzada, la gente que estudia, los profesionales, la gente culta, los seres humanos mejor informados porque manejan la tecnología y las herramientas que gobiernan al mundo en la era de la información: el siglo XXI.
*En los campos y pequeños pueblos de provincia viven los hombres y mujeres cuya actividad y pensamiento representan el atraso, la miseria, la insalubridad, la violencia, la ignorancia: el siglo XIX.
*La tragedia de este país consiste en que ha sido gobernado por sujetos de provincia o que representan la Venezuela provinciana y atrasada.
*Chávez es de provincia.

Y ya. Es fácil cerrar con una frase la conclusión de este increíble acto de purgación intelectual. Increíble, no por su contenido, sino porque quien lo expresa dice, piensa y cree que es demócrata. Que su lucha antichavista tiene fundamento en el hecho de que Chávez es un tirano y él, el simpático Osío, cree en la democracia.
Chávez nació en Sabaneta: ¡uy, fo, qué asco! Osío nació en Caracas: o sea, ¡guao! Más fiiino…


***


Yo también creo que las grandes ciudades suelen acrisolar personalidades, actitudes y mentalidades distintas que en los pueblos, caseríos y campos del “otro” país, ese que llaman “de provincia”. La variante que quiero troquelar acá sugiere que en Caracas y otras ciudades vencidas por el falso cosmopolitismo la tendencia es a regresar al pasado precisamente porque “el caraqueño” es distinto a “el provinciano”. Se cae de obvio: mientras más mayamera es la ciudad y mientras más hondo ha penetrado en sus habitantes la anticultura capitalista del consumismo, la competencia y el aplastamiento del prójimo (para cumplir con la ley de supervivencia del más apto) más difícil es que prenda o tan siquiera caiga simpática una idea, noción o propuesta que sugiera socialismo.
Cierto que hay una Caracas definitivamente entregada a ese anhelo de imitar al norte a ver si en el fotocopiado se calca también la prosperidad, y otra donde el hombre expoliado se declaró en rebelión y anda en la búsqueda honesta de otra sociedad. Pero hay tendencias. Hay un espíritu que se impone en cada ciudad, y así tenemos que en una Caracas avasallada por la cruel y artificial necesidad de imponerse al vecino en todo y para todo (para que no se te coleen, para llegar más rápido, para vestirse mejor, para tener el mejor carro, para vivir en la mejor urbanización, para exhibir el mejor culo, para que el vendedor te baje el precio o para zampárselo más alto al que te compra, para atracar o para que no te atraquen) siempre sonará sospechosa en más gente una invitación a cambiar espuelas y agallas por solidaridad, competencia por ayuda mutua; siempre sonará a vainas de gochos y campesinos eso de entender la democracia como derechos plenos para todos, cuando el espíritu dominante te hace salivar de lujuria en busca de la victoria del que más acumula, del más vivo, del que jala más bolas, del que se encontró un celular y espera a que lo llames para cobrarte diez veces su precio.

***

Conste que yo nací y crecí en un pueblo pequeño que por más que prolongue su esfuerzo por parecer gran ciudad no deja de ser la Carora pueblerina de siempre. Conste, por lo tanto, que no tengo que hacer recorridos a lo Valentina Quintero para entender lo que bulle en la mente de un provinciano cuando un caraqueño despunta en el horizonte. Pero me es inevitable admitir que hoy mismo ando metido en la maceración de un vistazo remozado a la Venezuela profunda. En el último mes llevo recorridos mis buenos 4 mil kilómetros de pueblos y carreteras a lo largo de 18 estados, y que este viaje loco y tormentoso me ha proporcionado nuevas visiones del asunto. Por ejemplo, uno que me indica que la Venezuela adentro está tocada de caraqueñidad.
He preguntado por las fiestas patronales y otras parrandas y me han advertido que para llegar a la cultura nuestra hay que abrirse paso por entre guerras de minitecas. He encontrado sus huellas en campos, casas de amigos y botiquines (vengo saliendo de uno en El Pilar, estado Sucre, y he asistido a un duelo formidable y rarísimo de versos improvisados entre un coplero del Guárico y un decimista oriental: Javier Echezuría versus el Finfín de La Pastora). Así que Doña Bárbara no está vencida, pero Santos Luzardo anda invadiendo a punta de reggetón y otras costumbres transplantadas.
La anécdota fundamental de la novelística venezolana sugiere que la civilización está destinada a barrer a la barbarie. Pero a los defensores de este atavismo se les olvida que la barbarie no está en los conucos sino en las balaceras de los cerros.
¿Qué busco tan lejos en esa carretera, además de sabrosura, buena vibra y gente bonita? Ando lo que se dice encampañao. Llevando un mensaje y recibiendo muchos otros a cambio. Recordándole a la gente que esto no es una guerra entre escuálidos y chavistas sino entre opresores y oprimidos. Que no porque alguien se calce una franela tan roja como la boina ya se convirtió en gente nuestra. Que sería bueno votar “Sí” para poder seguir ensayando formas de organización popular sin la sombra de la Disip rondándote la casa. A cambio he recibido muestras de un espíritu crítico formidable, la resurrección de aquella vieja consigna: “Con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. Y sobre todo la reafirmación de un amor a la tierra, al ser humano olvidado por el poder; he sido testigo de expresiones de amor a la sencillez.
En las ciudades pequeñas, todavía la naturaleza y la baja velocidad de las actividades humanas vitales le dejan a nuestra gente espacios para la ternura, el desapego; para derrotar a la viveza entendida como habilidad para joder al otro. Todavía hay pueblos donde se puede dejar las casas y los carros abiertos. En otros pueblos hay quienes viven de su conuco, su ovejo y sus gallinas y no necesitan ir al supermercado, porque los vecinos tienen verduras y otros agregados. En Mérida dejé mi chaqueta en un taxi y el taxista dio un vueltón de fábula para devolvérmela. El socialismo está aquí: en un puñado de viejos sabios, que viven el socialismo sin saberlo. En hombres y mujeres que a lo mejor hasta adecos son, pero son socialistas hasta la semilla. En una casita perdida en las montañas de Lara, en casa de un viejo muy pobre Ramón Mendoza se echaba los palos con unos panas. Éstos hablaban de lo inútil que era, en el fondo, tener mucho dinero. El viejo de la casita (el pobre en su choza) dijo de pronto: “No, yo sí quiero tener mucho rial”. Le preguntaron que como pa qué. La respuesta: “Para mandarme a echar una foto con ustedes, que son mis amigos, y colgarla aquí en la casa”.
Y uno de güevón y que buscando el socialismo en los libros, en el ejemplo fracasado de otros países, en el verbo de los internacionalistas, en el chavismo de oficina y franela roja.

***

Paro un momento en Caracas y seguimos de gira, agitando por el Sí. En Guárico compartí tarima un rato con Vanessa Davies y con Ramón Mendoza, El Cayapo; luego, viaje a El Pilar (Sucre) para conversas varias. Ramón agitó en foro con el PSUV. De regreso, otra vez El Socorro con El Cayapo y la gente del Frente Campesino Ezequiel Zamora. Antes, recorrido monumental más o menos por esta ruta: Caracas-Valencia-Tinaquillo-Calabozo-El Tigre-Puerto Ordaz; regreso por La Pascua-San Carlos-Barinas-San Cristóbal-Mérida-Bobures-Carora-Caracas. Ya explicaré en qué onda, con qué fines, con qué resultados y expectativas.
La semana entrante, San Juan de Los Morros y Yaracuy, con el Frente Campesino Jirajara, si me confirman.
Me hacía falta ese soltar de músculo, emoción y verbo. Pilas cargadas, nervios en su sitio y otra vez la gran Caracas, heroica poderosa (y en esta noche sin igual la luna se pone a coquetear).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

El Lapiz Azul dijo:

Me agradó este escrito Duque...
tu ves?

Me parece que la vueltica que te tiraste te prestó bastante, porque se te escucha un tono mucho más alegre y optimista que el de unos artículos atrás.

No se si lo he comentado antes, soy caraqueño, del Cementerio. Pero he tenido la tremenda oportunidad de escaparme de de Caracas en varias oportunidades radicándome en el centro, oriente y occidente, disfrutando de la totalidad de un país generoso.

Eso de que "Caracas es Caracas" lo he escuchado infinidad de veces de boca de familiares y amigos, pero créeme que ser testigo de esta revolución desde la atalaya de la provincia ha sido muy útil.

Es tremendamente cierto aquello que dices que la provincia está llena de hombres y mujeres que sin saberlo son socialistas hasta los tuétanos... aunque hablar aquí de intercambio de verduras por pavones hará que uno que otro estúpido comente que el chavismo nos quiere imponer el Trueque!

Caracas, esa madre adorada de la que nunca terminamos de desprendernos, ha pasado unos años tan violentos últimamente, que ha sido necesaria la referencia de la Provincia para que en más de una oportunidad se conserve el rumbo del proceso.

Amigos, hermanos, conocidos y desconocidos han llegado a sucumbir ante el bombardeo del que ha sido víctima la Capital durante estos últimos años de Protestas, elecciones, marchas, firmas, guarimbas, montajes, teatros, algunos ciertos, otros medíaticos... Muchos de estos haciendo creer que lo que ocurre en Caracas es lo que ocurre en Venezuela... cosa además falsa.

No digo que en el Interior la cosa haya sido fácil, recuerdo cuando la policía de Guillermo Call nos obligaba a los comerciantes de Monagas a Unirnos al Paro Comercial y Petrolero bajo amenazas... Pero hasta los tambores de gasolina los compartiamos entre vecinos... otro mundo pues.

En la Provincia se respira un mejor aire desde todo punto de vista, estamos menos intoxicados... quizas hay mas parques y menos Mc´Donalds... menos bombardeo.

Claro, la Guerra hay que seguirla dando en Caracas (y donde sea)... me alegra igual saber que estás en ese frente, dando la batalla.

Igual estamos a la orden en Puerto Ordaz para cuando andes por aquí tomarnos un Ron, escuchar alguna buena música en compañía de gente de nuestra misma mala calaña.

Saludos

Reinaldo Iturriza López dijo...

Primo: gracias por compartir esa fotografía.
Es como una brisa fresca que nos llega de lejos.
Coño, porque es verdad: a veces esta Caracas heroica y poderosa nos queda demasiado cerca.

Pupila dijo...

"..¡uy, fo, qué asco! (..) o sea, ¡guao! Más fiiino…"

jejej, me haces reír Duque.

Me encantó este artículo, de verdad que como dice el Lapiz azul, te cayó demasiado bien el viajecito.

"El socialismo está aquí: en un puñado de viejos sabios, que viven el socialismo sin saberlo. En hombres y mujeres que a lo mejor hasta adecos son, pero son socialistas hasta la semilla.
Y uno de güevón y que buscando el socialismo en los libros, en el ejemplo fracasado de otros países, en el verbo de los internacionalistas, en el chavismo de oficina y franela roja."

Te compro (o te ofrezco trueque) esos dos párrafos. Creo que deberían de imprimirse (con tu firma) entregarse como arroz en volantes; superaría con creces, la ética de cualquier otro discurso (ya que llega tan fácil el olvido cuando vuelve a venir el hastío y la rabia). Ese debería ser el motor principal.

Eso es respeto y vida, ojalá y todos pensaran así aún los que tanto utilizan y manosean por moda el concepto de "conciencia de clases."

En sólo un detallito difiero de tu opinión y es cuando dices que la barbarie sólo está en los cerros de la civilización. Es cierto que allí se desborda, se hace incontrolable y endemoniado, pero en los campos la gente tampoco es tan inocente. Quizás el ritmo hace que haya menos alienación y más tranquilidad, pero también tienen otro tipo de prácticas malsanas que no se suelen ver mucho en la ciudad. Y te lo dice alguien que bastante ha trabajado en el sector rural. Pero no es el caso ponerse a enumerar, porque no es el tema principal cuyo fondo apoyo.

(Por cierto, el principio del reguetón (y tengo años contra él, pero últimamente me he ablandado un poco) dista mucho de lo que se escucha hoy por ahí. Comenzó como una fusión de ritmos latinos y letras de protesta social. Y lo que hay ahora es sólo una degeneración más.)


¡Feliz domingo!.

Anónimo dijo...

...Creo que tienes razón, como la tiene la MisiónBoves cuando afirman que al final del tunel lo que hay es..etc. ¡Pero coño!que vienen nos caen esas goticas de miel de tu parte, sobre todo a los que nos sentimos identificados con la mayoría de tus opiniones y análisis, y vivimos en eso que llaman dizque la Provincia. Aunque la amiga Pupila no deja de tener razón cuando comenta que no todo es miel con hojuelas..aquí en las montañas de Mérida también hay unos cuantos hijos de puta que nada tienen que envidiarle a los de Caracas.Pero paso a contarte dos anécdotas que nos hablan de la profundidad de nuestros campesinos, sobre todo, los más viejos. En enero de 2003 se me acabó la leña y empecé a subir montaña..no tuve que cortar, el viejo Luis (murió el año pasado a los 88 años)me favoreció generosamente con la mucha que tenía..le comenté "..y que le parece Sr. Luis..el paro ya va pa'dos meses", me miró con esa profundad solemnidad que suelen tener los licenciados como William Lara, y me dijo "la culpa de esa joda la tiene el imperialismo y el MVR".La otra le pasó a un pana en el 2006;andaba bien arriba entrevistando gente para el Censo de Patrimonio Cultural, entrevistando a un viejo rezandero y cantador de paraduras, éste le comentó:"..fíjese usté..el mundo a cambiao mucho...denantes, uno pa'vele el culo a una mujer había que abrile la pantaleta...ahora pa'vele la pantaleta hay que abrile el culo..". Un abrazo hermano, y gracias por tu ternura.

Anónimo dijo...

Epa mi pana cómo anda todo. Tenía tiempo sin venir a tu espacio. Sigue siendo una cagada.

Muchos saludos

Ramiro Hellmeyer

Anónimo dijo...

Por Mérida estuvo un solo día Fredy Bernal con unos guardaespaldas así de grandes, con unos cuerpos así de gruesos y unas miradas de pocos amigos. Vino amargado Fredy a regañar a la gente de aquí yque porque no están organizados ¿organizados? Ajá, ¿y quien está al frente del comando en el municipio Libertador -la ciudad de Mérida-? Pos quién más, Carlitos León,¡chico! Por él perdimos la alcaldía, él sí, él mismo, el que otorgó permisos para no sabemos aún cuantos centros comerciales. Si estuviste en Mérida, Duque, pudiste comprobar la cantidad de centro comerciales en construcción: 8 en total, todos al mismo tiempo. Y no son cuentos.
Bueno, pues el Fredy Bernal que jamás viene (el presidente tiene ya 2 años que no reporta por estas montañas que sólo son cuchis para los turistas y tal cual escapao con el cuernito), vino todo amargado y hasta uno de sus guardaespaldas fue capaz de darle un golpe al secretario de gobierno, Diógenes Andrade, El Fanta, revolucionario hasta las metras, de toda la vida, fundador del MIR en su época de estudiante y fiel al proceso y al presidente a pesar de todas sus contradicciones. ¿Una disculpa? Nooo, ni quiera Dios. Si "somos los líderes!" ¿Líderes? Ja! líderes un cónchale. Líder el presidente.
Bueno, a pesar de ellos, seguimos sembrando socialismo e ingenuidad sin dejar de ser pendejos.
Gracias por el viaje, los cuentos y la posibilidad de interactuar.
Melva Márquez

Verboamérica dijo...

Muy bueno, enriquecedor...Tu comentario se aplica a la gente de toda gran ciudad del continente!

nela0509@hotmail.com dijo...

Siempre me ha parecido una “riquísima ignorancia” este pensamiento "progresista civilizatorio" de nuestros dedicados intelectuales cuyo legado va en aras de que los venezolanos entremos en ese siglo relumbrante lleno del "fashion conocimiento" ( o sea, los del último grito), que excluye la sabiduría acumulada de nuestros acervos (nuestros sabios patrimonios vivos), quienes han amasado cada uno de sus saberes, con muchas miserias encima, conocimiento que le ha dado la practica desde su casi siempre peladera, producto de esta "y que civilizada manera" de vivir en este siglo. Veo la ignorancia de estos intelectuales que aman el progreso y convulsionan multiorgasmicos cuando entran a cualquier ciudad y la ven llenan de centros comerciales y de muchos otros en construcción; "copulando" con ellos, con su producción de basura, y sus sacrilegios en el uso de la comida y su consumo. Tan sabidos y "civilizados ellos". Entendiendo que en el campo, en los pueblos y algunos espacios de las urbes, o sea en los barrios, existimos una manada de brutos, que usamos el envase de la mantequilla, el del lavaplatos, la bolsa de granos, harina, etc. y similares, para guardar comida, que llevaremos al trabajo, al vecino, que guardara el queso, unas caraoticas...y que nos hará delante de ellos y su gesta civilizatoria, los ignorantes, tierruos, plebeyos...pues el plástico "larga no se qué vaina toxica, el plástico es desechable, y !ecoooo! que plebeya la marca del envase!!! pero en nombre del progreso y el avance civilizatorio, en una pataleta de "civilizada humanidad" se unen a tele maratones u otros espacios circences,e inventan cancioncitas como "we are the world", y nos invitan a "salvar al planeta" a quienes tenemos años usando la lata de galletas para hacer la pala que recoge la basura, macetas para las matas de los envases de plástico del jugo y de la leche, hielo en los envases de cartón de leche, que hemos reciclado reutilizándolo, mientras ellos joden el planeta con toda la basura que su consumismo produce. O sea ¡Ecoooo!!!Me limpio el c...y el de un contingente de soldados, con su avance civilizatorio, donde el conocimiento burgués ha producido la mayor cantidad de estupideces para que este planeta ya no sea la casa que nos legaron nuestros padres, quienes con su "ignorancia" nos legaban costumbres que nos permitían vivir unos con los otros, nos invitaban a sembrar árboles, multiplicaban dos huevos para que comiéramos 9 hermanos... Me cago en la sapiencia que ellos presumen y que nos ha robado una forma decente de convivir, llenando con sus eses todos los rincones de cada Venezuela que se construye fuera de su pequeñísima metrópolis, pues los barrios de caracas, también son nuestros, de los provincianos a quienes ellos ven como ciudadanos de última categoría, si es que les pasa por su exorbitante y sagrada sapiencia intelectual y progresista; que somos ciudadanos. Bueno Duque, que puedo revirar que tú no sepas; andar con Gino y con ramón, no es más que entrar en el gran mundo de "bárbara ignorancia". Bueno compañero, estos son los coñazos que me gustan...pena que entre a este foro casi 17 meses después, pero al pensamiento hegemónico, donde lo distingamos, otra vez coñazo, así no veamos a nadie.
Nela0509@hotmail.com