domingo, 5 de abril de 2009

Los revolucionarios momificados

En estos días estamos dándole con fuerza a la propuesta o iniciativa que de momento se llama Consejo de Comunicadoras y Comunicadores Socialistas . El que haya una buena cantidad de comunicadores (debe ser cercana a 200 la cantidad de participantes, y si se suman los integrantes de todos los colectivos que han enviado allí vocería o representación deben ser muchos más) poniendo en la mesa su discusión, sus inquietudes y sus propuestas, es ya motivo para sentirse optimista con sus posibles avances y resultados. Aun si en este momento ocurriera algún cataclismo o desgracia menor que obligue a suspender la actividad del colectivo que quiere darle forma al Consejo, lo logrado hasta ahora ya habrá valido la pena. Porque la naturaleza de varias de las propuestas, el espíritu desacralizador reinante en todas las mesas (incluso en aquellas donde todavía pena el ánima idiota de cierto insólito conservadurismo) indican que los participantes estamos claros en algo: queremos una revolución en el ámbito llamado Comunicación. Un ámbito que rebasa por mucho, y lo reduce a simple parcela o subproducto, a ese otro ámbito llamado periodismo.
Y aquí es cuando comienza a cobrar sentido este artículo: lo que he llamado “ánima idiota de cierto insólito conservadurismo” no es sino esa enfermedad social ridícula, paralizante, retrogradante, degradante, indigna y desesperante, que lleva a muchos compatriotas a creer que es posible hacer una Revolución defendiendo al pasado y aferrándose a él.
Pero ya vamos para allá. Hablemos primero de las cosas buenas.

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En nuestra Mesa o Comisión, que se llama “Contenidos de la formación de nuevos comunicadores y articulación con las universidades”, hemos asumido como premisa “la convicción de que las escuelas de Comunicación Social y demás instancias universitarias, de donde egresan los profesionales del periodismo, no son ni deben ser las únicas instancias de formación de comunicadores. Esto, porque el fenómeno de la Comunicación abarca un ámbito social y político más amplio que el referido al periodismo”. Esto ha sido la cita textual del documento que hemos preparado para informar y para orientarnos dentro de la conversa y la construcción. Continúo citando:
“Desde esa perspectiva, se plantea como propuesta al Consejo echar las bases para la creación de una Escuela Alterna de Comunicadores. Dadas las complicaciones y lentitud inherentes a la conformación de un ente educativo formal, se propone que en una primera etapa los ensayos de esta etapa germinal tendrán carácter itinerante”.
Cuando estas cosas se dicen en un grupo preparado en su totalidad para aceptar y captar en toda su audacia la palabra dicha y la idea propuesta, la reacción suele ser el entusiasmo. Pero cuando se escuchan o leen estas cosas con ánimo defensivo enseguida saltan las observaciones basadas en premisas falsas, aunque no todas ilegítimas. Ejemplo: hay quien se aferra a lo dicho en las primeras líneas del párrafo anterior para sentenciar: “¿Para qué otra Escuela si ya tenemos a la UBV? ¿Otra instancia burocrática más para enseñar lo mismo?”.
Hubo que explicarles a algunos que la Escuela con la que soñamos no se parece a la escuela anquilosada, medieval y burguesa en la cual se forman los amos y los esclavos que moverán al capitalismo. Nuestra Escuela Alterna de Comunicadores (esta que soñamos y que proponemos) tiene como características principales:
El carácter itinerante: no se trata, como las universidades existentes, de un campo de concentración (ahora los llaman “aulas”) adonde va un grupo de seres humanos arreado como un rebaño a recibir conocimiento de un grupo de docentes que se asumen superiores y con derecho a imponer una visión del mundo. La Escuela seremos nosotros, es decir, el pueblo que se sabe comunicador, en permanente recorrido por nuestros medios de información aportando nuestra experiencia y recibiendo a cambio la experiencia de los nuestros. No hay alumnos ni profesores sino intercambio de saberes (y de ignorares).
El concepto Medio-Escuela: en vista de que todos los oficios se aprenden ejerciéndolos, y no encerrado el aprendiz en un aula (campo de concentración) donde un sabio o imbécil te ordena leer unos libros y razonar de una forma X, bajo amenaza de rasparte la materia si no reproduces dócilmente sus dictados, nuestros periódicos deben funcionar como periódicos-escuela; nuestras emisoras y televisoras, como escuelas de producción audiovisual; las paredes de nuestras ciudades y pueblos, espacios para aprender el muralismo, etcétera.
El voluntariado: La Escuela con la cual soñamos no le proporcionará un sueldo a nadie. Quien quiere enseñar lo que sabe y aprender de los demás debe hacerlo consciente de que ese es su aporte a la construcción de una sociedad distinta, y no con la expectativa burguesa que debemos superar si nos gusta llamarnos socialistas: quien quiera ser “Periodista Profesional” debería entonces inscribirse en una universidad burguesa convencional (UCV, UCAB, Bolivariana), graduarse, llorar de emoción en el acto de grado del aula magna, inscribirse en el cadáver putrefacto de la mierda esa llamada Colegio Nacional de Periodistas, pagar puntualmente la mensualidad, recibir a cambio un carnet y el glorioso derecho a ser explotado en una empresa de esas que mercadean con la información.

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El sábado 28 de marzo tuvo lugar un episodio tristísimo, pero muy interesante, de esta larga lucha por una Revolución genuina en contra de las fuerzas que halan para atrás. En una de las comisiones alguien puso sobre la mesa una propuesta que, repito, si nos llamamos revolucionarios, debería sonar lógica y discutirse abiertamente. La propuesta era que los participantes en la conformación del Consejo debían renunciar en masa al Colegio Nacional de Periodistas. No había terminado de hablar el facineroso, el anarcoide, el muérgano infiltrado por la CIA que propuso semejante cosa, cuando se escucharon horrísonos y trepidantes alaridos de pavor. Terror del puro, compa, como cuando se cayeron las torres gemelas. La moción que se impuso fue: “Eso no está en discusión”. No es que los señores licenciados-colegiados se negaron a renunciar al Colegio, sino algo peor: sostuvieron que eso no se discute. Hay quienes se dicen socialistas pero no quieren acabar con el capitalismo sino acomodarse y sobrevivir dentro de él.
La mayoría de los compatriotas más audaces que conozco, esos que están ejerciendo una comunicación de avanzada, fresca, renovada, pujante y hermosa por su carácter libertario, nacieron en la década de los 80, pero parecen estar condenados a adaptarse a una maldita Ley de 1974 refrendada por Carmelo Lauría y otras momias. Una Ley redactada (y una institución creada) para un tiempo histórico que ellos no vivieron, y que hoy es inservible porque la Venezuela de hoy no es la de los años 70.
Penúltimo llamado: gente de Ávila TV, Voces Latentes, gente de ANMCLA, gente de El Cayapo; grafiteros, raperos, cantores, organizadores de parrandos y sancochos: si ustedes no se apropian de este fulano Consejo asistiremos al lamentable espectáculo de ver a esa instancia caer en manos de unos rrrrevolucionarios con miedo a hacer una revolución.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

El Cayapo menor:

Coño Roberto, nosotros en el Cayapo no tenemos necesidad de apoderarnos de nada ya lo poseemos todo, recuerda que somos un medio privado de comunicacion por lo tanto no nos hace falta tu mocho e consejo de comunicadores jajajajajajajaja saludos

elsoberanomanda dijo...

No, claro, a un grupo de carajos cuya subsistencia se basa en que son intermediarios certificados de la información y comunicación vas y les dices que tienen que abjurar de la inscripción "en el cadáver putrefacto de la mierda esa llamada Colegio Nacional de Periodistas", justo a los carajos que tuvieron que "pagar puntualmente la mensualidad, recibir a cambio un carnet" para que renuncien al "glorioso derecho a ser explotado en una empresa de esas que mercadean con la información"... ¿qué esperabas, una ovación de pié?

Hay muchos pintas por ahí, tremendos pico 'e plata, espadachines avezados en la búsqueda del "tubazo" o en la pulitura de íconos de moda, que lo que quieren es agregar medallas a su colección ("este es mi carnet de periodista revolucionario, mira"), y no arriesgar la posibilidad de poderle llegar un día a Andrés Rata o quién por él a decirle "yo puedo escribir sobre el proceso desde adentro, me la pasaba con ellos - y de paso aquí está mi carnet del CNP".

Claro, qué papaya para mí decir esto. Yo no he renunciado a esa otra estructura podrida como es el Colegio de Ingenieros (nota las mayúsculas, me salieron automáticamente) para escribir, pero no ejerzo mi profesión hace unos cuantos años.

Yo estuve en el evento, mesa 5, y me atreví a señalar que hay comunicadores legítimos (debe de haberlos - ojalá los haya) del otro lado de la talanquera, o montados en ella, y que deberían también ser considerados e involucrados en esta iniciativa. Hablé también sobre el resto del mundo, ese que está fuera de nuestra audiencia cautiva por hablar otro idioma y al cual deberíamos llegarle antes que los ilustres colegiados. Lo dije también por aquí:
http://www.aporrea.org/medios/a75585.html
sin recibir mucha atención que se diga.

Nos toca pensar en otra manera de comunicarnos. Los medios deben poder recoger las expresiones de todos los sectores, deben poder ser capaces de darle voz a quienes sólo les queda el camino de la pedrada o la resignación indiferente.

Me gustó la vaina esa itinerante. Y lo del intercambio de ignorares. Mala leche que parece que hace falta cobre aún para eso. De todas formas me anoto.

Franco Munini.

Alvin Lezama dijo...

Lo urgente y lo importante, es siempre nuestros dilema, es lo inmediato lo trascendental, que difícil es proyectarnos en el tiempo.
El imperio de la ley nos atrapo, es la esencia del Estado Burgués, del Estado de Derecho, es la forma de garantizarle a él el monopolio del poder, de la violencia, de la dominación, por ello siempre caemos en la trampa de cifrar nuestras esperanzas en la ley, tratamos de hacer la REVOLUCION declarándola, desde la transformación de las instituciones constituidas, desde la legalidad, desde arriba, invertimos horas y horas devanándonos el cerebro, tratando de adivinar el futuro, teorizando desde lo abstracto y no desde el mundo real y
concreto. Llevamos 10 años haciendo "Revolución", pero persisten los temores, todavía hay desconfianza, sí decímos "Sólo el pueblo salva el pueblo", pero cuantos de nuestros lideres de los poderes del Estado se creen pueblo, cuantos pueden hablar como pueblo, cuantos pueden sentir como pueblo y cuantos pueden dejar de temer, no un temor al pueblo, sino temor a tener que enfrentar la incertidumbre de lo nuevo, de crear sin conocer la receta ni la metodología, sin la fórmula, temor a lo que son "pueblo".
Hay mucho trabajo concreto por hacer y que se está haciendo, opino hay que estimular más la particiapación del colectivo en la comunicación a través de los diferentes formatos de comunicación colectiva (volante, Cine Foro, Carteleras comunales, cronistas, medios alternatios y comunitarios de Radio y Televisión, Internet con Boletines o Bitácoras como ésta). opini, hay que seguir motivando a que la gente se haga consciente de la fuerza de su palabra, que la enriquezca, que la articule, que la haga su fuente de ideas y conceptos, que se arme con ella, que la haga pensamiento, que la haga verdad, que libere su conciencia de la dominación externa, ni medios, ni voceros, ni opinadores, todos son mediadores de la verdad.
El colegio Nacional de periodista, al igual que toda la institucionalidad que forma el andamiaje del Estado Nación, que será sustituido en REVOLUCION con un nuevo Estado, tendrá su fin en la medidad en que nazca este nuevo orden social, esta nueva forma de relaciones sociales, también con un cambio rotundo de percibir nuestra particiapación en lo político y en la democracia.
Entonces como nace?, pienso que dándole fuerza a las iniciativas que se llevan adelante, sumando, propiciando espacios para el intercambio de las experiencias y los aprendizajes para seguir avanzado.
.
Opino que la clave esta en
la iniciativa de la escuela intinerante Alternativa, libre, sin burocracia, colaborativa, que se multiplique, que se amplifique, que se nutra con la experiencia y la práctica, y no de la academia momificada ni acomodada, como dicen, que se haga asi misma experimentando, creando, pero que también se haga científicamente, no positivista, pero que se puedan extraer de estas experiencias saberes para que se puedan compartir. Como Uds. dicen la comunicación nos pertenece a todos, nadie por más estudiado ni académico que sea, tiene el derecho a quitárnosla, asi que recuperémosla con lo cotidiano, con la conversa de la esquina, en la bodega del portu, en la plaza, en la casa comunal, en la cola del mercado, parada del carrito por puesto, en la cocina de nuestras casa, dejemos de ser un conjunto de individualidades, fragmentadas y desconectadas y pasemos a ser un colectivo de vecinos con problemas comunes, de iguales-diferentes, de victimas, de solidarios, de familia.
Creo que decía Bakunin algo asi como:"La revolución social se hace desde abajo"
Alvin Lezama

Luigino Bracci Roa dijo...

Cuándo es la prómixa reunión?

JRD dijo...

Cayapo Menol.
Sí le falta algo al Cayapo: la cuarta pata. Esa la perdió.

Franco.
De acuerdo en todo contigo, menos lo de la invitación a los que están del lado de allá de la talanquera: al enemigo, ni agua. Y si son comunicadores "legítimos" pues peor para nosotros. Nos interesa que sigan como van: que sean brutos, ineficientes y malos. Nadie quiere que el tipo que dispara para acá sepa manejar de pinga sus cañones. ¿no?

Alvin Lezama.
Estimado, le agradezco mucho su participación y su aporte en este espacio. Sobre todo porque su contenido revela una audacia no tan común como quisiéramos en altos funcionarios (o ex) del chavismo. Salud.

Luigino B.
18 de abril, espacios abiertos del Teresa Carreño, en Caracas.

Anónimo dijo...

El Cayapo Menol dice:

La ignorancia es atrevida, que bolas tienes tu Roberto, despues de tantas converzas, despues de que te hemos dedicado tanto tiempo para que entiendas, cuantas horas hombre-mujer Roberto, por el Dios de los creyentes, como te atreves a ultrajar a nuestra secta, de donde sacas tu semejante afirmación, y ademas la publicas como si fuera una gracia, tu nisiquieras ha pasado el tiempo de iniciación, aún no has salido con nosotros a cazar un Cayapo, no vuelvas a cometer semejante indiscrecion o yo mismo me encargare de que seas excluido de por vida y de por muerte de nuestro colectivo.

Procedo a explicarte (de nuevo) y espero que entiendas y esta situación tan incomoda no se vuelva a repetir.

Por favor repite conmigo El... Cayapo... tiene... tres... patas... te repito El... Cayapo... tiene... tres... patas...

Que quiere decir esto nuestro estimado padawan, El Cayapo nunca fue una especie cuadrupeda ordinaria nooooooooooooo, siempre ha sido es y sera como fue de tres patas, para que quede claro repitamos otra vez

El... Cayapo... tiene... tres... patas...

Espero ahora no se te ocurra decir que El Cayapo tiene dos ojos porque ahi si que salimos a buscarte con nuestras hordas inquisidoras y te quemaremos en pleno estacionamiento del Bloque 20 del 23Enero

Cordialmente me despido...

Pd: Definitivamente mereces un encuentro de ignorares.

JRD dijo...

Verás, Cayapo Menol.
Hace unos diitas estuve por Valle de Guanape, burda de mal acompañao por cierto (con decirte que el único tipo serio de la partida era un tal Ángel David). Allá se suscitó una conversa entre unos tales Ramón y Beltrán, quienes decidieron que era hora de poner orden en el discurso Cayapo, eso que un científico social llamaría Síntesis del pensamiento y la propuesta cayapérica, porque dizque quieren cerrar un ciclo. Te propongo entonces que cuando le vayan a echar bolas incluyan en eso del "orden" la cosmogonía, porque el cuento del bicho cuadrúpedo que se agüevonió cuando el cataclismo que separó a los continentes y se le quedó una pata por allá por África, me lo contó Ramón mesmo. Así que cáiganse a coñazos ustedes y dejen quieto al mensajero, que es lo que uno es al fin y al cabo, porque Cayapo-Cayapo no aspiro ser. No todo el mundo alcanza esos estadios superiores de la materia y mucho menos los que nos dejamos averiar el espíritu por andar enamorándose de las ciudades y demás desperfectos del mundo.

Anónimo dijo...

El Cayapo Menol dijo:

Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.

Un abrazo y saludos

elsoberanomanda dijo...

'Tá bién, perro, déjame decirlo de otra manera tomando nota de lo que dice Alvin:

En Venezuela resulta frecuente la fácil práctica de etiquetar, clasificar y (pegaito, porque pa' eso es) aceptar o rechazar de cuajo las opiniones según sean o no culpables de desentonar en el coro de loas a los íconos gregarios. Gracias a esa predisposición, el producto "noticia" viene ahora aderezado para dos y solo dos gustos. La veracidad de la noticia depende ahora de la interacción política entre emisor y receptor y de la manera de presentarla e interpretarla asumiendo de entrada que está parcializada.

Las noticias se presentan de acuerdo a la filiación poítica del patrono del comunicador social con o sin carnet, y en ese proceso la noticia en sí, la "verdad" que se recogió pura y sin condimentos de la calle de la historia diaria se convierte en un producto sospechoso ante el cual el usuario se ve obligado a presuponer segundos fines y sustratos ocultos. El colectivo que consume información, y que también tiene ahora una predisposición a etiquetar la noticia según su "bando", ha llegado a tener que dudar del producto, cualquier producto, que se le presenta gracias a la falta de compromiso profesional o al exceso de compromiso "ideológico" del licenciado con carnet y/o del comunicador alternativo.

Que se pretenda reducir a dos las corrientes de pensamiento convierte la riqueza intelectual de nuestra fauna humana a dos macrogrupos homogeneizados, los de acá y los de allá.
Resulta que, a pesar de los esfuerzos de los liderazgos de ambos grupos, no somos tan primitivos; entre los extremos en pugna hay una rica gama de matices, pero es más cómodo buscarnos el ángulo que permita etiquetarnos solo como partes o irradiaciones de alguno de los dos "polos atractores". Esa caracterización previa banaliza la opinión individual y la alimenta al molino que la convierte en propaganda "polarizada".

El izquierdista ultroso, boina roja y flanela ídem, más aún si con currículum, que se atreva a cuestionar ese antimonumento al socialismo del siglo XXI que es el nuevo centro comercial Millennium (Metro Los Dos Caminos, en el este de Caracas) y los soportes filosóficos que apuntalaron su construcción corre el riesgo de ser tildado con uno o varios de los estigmas verbales que lo mudarán cerca o al otro lado de la barrera de la contienda virtual. Simétricamente, cualquier duda sobre la sentencia a los tombos o sobre la honorabilidad y legitimidad de los bienes del virtuoso Rosales atraerá la mirada suspicaz de compañeros globovidentes prestos a cuchichear paranoicamente sobre la lealtad de quien la asome.


El error no está en la polarización de las opiniones, que son expresiones libérrimas (condicionadas o no) de quienes las emiten. El error es la barrera en sí, y el tratar de presentar las opiniones en relación a esa barrera… o peor: convertirlas en material de la misma.

La barrera es una cuña clavada en el costado de la sociedad venezolana. Su propósito es dividirnos y azuzarnos para facilitar las condiciones que permitan una intervención extranjera tipo Irak, Panamá o los Balcanes. Es un cebo que le resulta muy cómodo a los líderes de los extremos, pues capitaliza la polarización en términos electorales y facilita la satanización del contrario, pero distrae la atención colectiva de, digamos, el uso inapropiado del erario público o de los lazos sospechosos con poderes extranjeros. ¿Agarran a alguien con las manos en un guiso? Se convierte automáticamente en un perseguido político. ¿Alguna irregularidad en procesos licitatorios? Se justifica por la urgencia revolucionaria.

La comunicación es una de las patas del estado. El CNP era y es el soporte comunicacional del estado de la cuarta, y sigue vivo porque ese mismo estado sigue vivo. El CNP sigue siendo a la SIP lo que Miraflores era y Fedecámaras es a Washington. Estamos construyendo una revolución utilizando como cimientos ese mismo estado absolutamente contrarevolucionario para ello. Con esas bases, y la tambaleante pata o columna comunicacional representada en el CNP incluso por aquellos "progresistas" que siguen leales a la "irrenunciable", "indiscutible" afiliación al mismo, será algo difícil garantizar la solidez de un edificio del cual nadie (y quizás esa es la idea) conoce los planos.

No somos tan ingenuos como para ignorar que la división existía antes de que esto que llamamos "proceso" empezara; lo que ha hecho la maquinaria mediática es usarla como herramienta para debilitar a la sociedad como un todo, en vez de combatirla en aras de la necesaria unidad nacional para enfrentar los retos del futuro.

Si conocemos el poder de la comunicación, es decir, si asumimos que la comunicación ES el poder, ¿porqué no lanzarnos de una vez a tomar el control de esa cosa? Porque mientras sigamos de este lado de la pantalla o del periódico, vamos a seguir recibiendo el material que producen otros, con sus fines particulares. Mientras no seamos dueños del sistema de comunicaciones, seguiremos viendo y oyendo lo que quieran quienes ostentan ese poder.

La cuestión va más o menos así: tenemos a mano a un gobierno dispuesto a proveernos un acceso a las comunicaciones, tanto para recibir como para generar información. Lo que nos toca es apropiarnos de ese aparato para que esté al servicio de las bases, y no de las cúpulas.

Ahora, las bases tienen diferentes tendencias. Y lo justo es que todas puedan expresarse. Si se desplaza el debate al lugar que le corresponde, es decir, a la base poblacional, habrá una proporción de comunicadores que no simpatizan con Chávez pero que, si se amoldan a esta dinámica, están descartando las posiciones más extremas de la oposición. Habrá espacio para esa especie roja que pide más claridad y menos culto a la personalidad del líder. Se formará un nuevo equilibrio usando el nuevo partido-medio como vehículo tanto para informar como para pulsar la opinión del público sobre asuntosque lo conciernen y sobre los cuales puede influir y participar. Una comunicación que haga del ciudadano urbano o rural el protagonista, que le dé poder de escuchar y hacerse escuchar entre personas en el mismo ejercicio pleno de las consignas de empoderamiento de las bases sin la intermediación de un carnet de periodista.

Ese tipo de estructura interactiva debe susbstituir en la lista de apetitos comunicacionales tanto a la ponzoña adictiva que se inyecta diariamente el globovidente devenido por ello en oposicionista a ultranza como al metamensaje oficial "Estamos haciendo todo por el pueblo" tras el cual uno quisiera ver más que la respuesta automática "¡Ordene, mi comandante!" que parece querer imponerse en y desde la prensa, la radio y televisión pública hasta la red alternativa.

Prefiero una estructura inclusiva como esta, que hace de la comunicación un vehículo de maduración del debate y que involucra a todos en la distribución y defensa de la verdad como método para convencer al opuesto ideológico, a una batalla en la que solo se use como parte del debate la posibilidad tipo "comodín" de callar a uno de los debatientes. Hacer un referéndum para revocar la concesión a Globovisión no es suficiente, ni erradica el mal del periodismo de palangre. El asunto es mucho más profundo, e implica compromisos serios con la verdad y los derechos de los usuarios de la comunicación. Pretender que eso se resuelva atacando al síntoma, o en este caso al mensajero, en vez de mejorar la calidad del mensaje es aplazar una discusión imprescindible para el desarrollo de la democracia participativa.

Franco Munini.