El sartén de mis dos artículos titulados Currtura tiene más de un mango. Es muy frecuente (y válido, cómo no) que alguien interesado en rebatir el discurso completo se aferre al que le parece más débil para proceder a desmenuzarlo. También es frecuente en muchas personas, aunque no en estos tipos que se sienten superiores, que para rebatir algo de lo que dices hagan un malabarismo retórico mediante el cual dicen exactamente lo que tú dices, haciéndole creer al lector desprevenido (y en la blogósfera hay mucho de esto, en serio) que tú piensas lo contrario. Ejemplo práctico: tú dices "El racismo es una mierda y la opresión debe ser desterrada de la humanidad". Ellos te responden: "Tú eres racista, la opresión debe ser desterrada de la humanidad". Se apropian de tu discurso porque no tienen ninguno, o porque el que por impulso de clase deben defender les avergüenza.
Creo entender el proceso mental que los impulsa a reaccionar: aquel que se rebela ante el recordatorio de que en la historia de la humanidad ha habido minorías dominantes y mayorías excecradas; la actitud de quienes saben que hay una porción gigantesca de la humanidad que ha padecido injusticias, pero consideran peligroso e inconveniente que esas injusticias sean saldadas. El hombre blanco-europeo sojuzgó, explotó, impuso y lo sigue haciendo, y la imposición, la explotación y el sojuzgamiento ha sido un proceso doloroso. Va el reconocimiento de un elemento esencial: ha sido doloroso, pero es lo que tenemos. Somos producto de eso que tanto ha dolido, pero no por ello vamos a hacernos los güevones: esto ha sido producto de profundas injusticias y la humanidad no debe renunciar a recordarlas y menos a corregirlas. Qué de pinga aspirar a que todo siga como va cuando se pertenece a la clase beneficiaria del sudor y la sangre de los demás. Aquí se defiende el derecho de los pueblos del mundo a desamarrarse de la segregación, el exterminio, la explotación de todo orden; aquí se defiende el derecho de los pueblos indígenas y a los descendientes de africanos a buscarle alternativas a la servidumbre y la esclavitud a las que siguen sometiéndolos las corporaciones y las potencias mundiales... ¡y eso le parece a la clase pensante una declaración de xenofobia y racismo!
¿Qué tiene que ver esto con lo que se ha dicho sobre el tema currtura-cultura? Básicamente,
1) que es preciso recordar siempre que uno de los mecanismos más efectivos de sojuzgamiento de pueblos y naciones ha consistido en la supresión o arrinconamiento de manifestaciones culturales, mediante la imposición de "valores" que las culturas dominantes consideran superiores: la música académica es mejor, más culta, más elevada y más digna que el tamunangue; las variantes comerciales del rock son chéveres, el joropo es chabacano, etc.
2) que pese al valor que le otorgamos al aporte europeo a la cultura universal (incluida aquí la música) va siendo hora de distinguir entre los "bienes culturales" que se producen y se comercian por dinero, como mercancías que se compran y se venden, y las manifestaciones que el hombre produce por impulso natural y colectivo para su diversión y solaz, por amor a su herencia social y no por un sueldo o para enriquecerse.
Aquí se le reconoce valor a la música académica, pero no se le hace concesiones a la visión del mundo que considera superior a ese tipo de música por encima de ninguna otra manifestación musical. Aquí (y cuando digo aquí estoy hablando de esto que he sido, como individuo y como parte de un pueblo) se le reconoce valor a toda la música e incluso a los sonidos percutivos que no son exactamente música en su acepción canónica, pero se le profesa un más profundo afecto a lo que el pueblo hace para cantarle a la tierra, a las querencias, a lo llano del hombre simple. Yo sé y escribo sobre salsa, y la bailo en la medida en que se lo permite a mi swing mi ancestro gocho, pero según estos idiotas debo despreciarla porque ya declaré que hacer música por plata es una perversión del capitalismo. Imposible ponerlos a pensar en la diferencia que hay entre reconocerle calidad a algo y a tenerle más afecto. Hay que ser estúpido para no reconocerle valor y trascendencia a la música de Mozart, y hay que ser nazi o mamagüevo para creer que Mozart es superior a Pío Alvarado... o viceversa.
En contra de esto, a más de un payaso le ha dado por echarme en cara lo mismo, como si yo hubiera dicho lo contrario.
Aquí, como en ningún otro blog venezolano, se han celebrado las manifestaciones y el desarrollo del mestizaje y el poder de las mezclas y el sincretismo en la construcción de una sociedad distinta a esta cosa decadente en que vegetamos, y los burros de la clase pensante se han dedicado a gritar por ahí mi presunta búsqueda de la pureza.
Aprendan a leer, asuman su incapacidad para entablar un debate serio con nadie o váyanse a comer mierda.