sábado, 26 de diciembre de 2009

Disculpa pública a l@s muchach@s de Ávila TV

Esta manía de ser claro e implacable al informar u opinar me viene de muy lejos, seguramente de las entrañas a flor de piel de unos padres y un hogar que estalló en pedazos precisamente por eso: cuando uno anda por la vida despedazando al mundo más temprano que tarde viene el mundo y te despedaza, o lo intenta. Lo llaman temperamento, síndrome kamikaze, propensión a no guardarse nada o casi nada, apego patológico a la transparencia así ésta te deje ver las debilidades y los miedos.

Hace unos días un compa me invitó a fijar posición respecto a la situación actual de Ávila TV. Y naguará, el muchacho que es llorón y la mae que lo pellizca. Me fui al blog del pana y eché un largo vómito sobre las vainas que vi, oí y padecí, o simplemente detecté, en los dos meses y medio que trabajé en ese canal. Hice también un análisis de lo que ha de ocurrir o está ocurriendo con la estructura de ese canal. Hasta allí todo en orden.

Me he comprometido, sin embargo, a publicar esta declaración en la que reconozco varios errores e injusticias cometidos al calor de mi exposición. Luego de dos conversas cruciales con gente de Ávila, me he comprometido a pedirles una sincera disculpa a los trabajadores que mencioné o aludí en forma agresiva o grosera, y también a las formas organizadas de lucha y defensa que los trabajadores están llevando a cabo.

Estas son las razones por las cuales me retracto, y por las cuales le he solicitado al administrador del blog que alojó mi bestial descarga, que la retire de la sección de comentarios:


1) El tono acusador, hiriente e implacable es bueno usarlo contra el enemigo, y yo no tengo razón alguna para considerar enemigo a nadie dentro de Ávila TV (así haya un puñado de personas allí que se han dedicado a vituperarme a mis espaldas).

2) Hace ya varios meses que no trabajo en Ávila TV ni participo en ninguna de sus actividades formales o periféricas, y por lo tanto no puedo hacer exposiciones donde pareciera demostrar que conozco el canal mejor que sus trabajadores actuales.

3) A mí se me invitó a apoyar las luchas de los trabajadores y en lugar de hacerlo descargué contra ellos acusaciones y señalamientos que debieron permanecer o ventilarse en privado.

4) Ávila TV vive un difícil momento de transición que hace peligrar el espíritu de su proyecto original, y por lo tanto es un error estratégico grave, y también un acto desconsiderado, el someter a las lupas del burocratismo y de los enemigos externos los flancos débiles (reales o ficticios) de los trabajadores y sus formas de organización.

5) Sea cual fuere mi opinión acerca de Ávila y su gente, cometí una injusticia al desconocer la legitimidad de las luchas de los delegados, acciones asamblearias y otras en las que los trabajadores han de intentar salvar y conservar el experimento más hermoso de la televisión hecha en Venezuela.

Así pues, esto es una disculpa pública. Comprenderé la dureza de los comentarios y respuestas que vienen de parte de los trabajadores de Ávila TV, y supongo que vienen duro.