domingo, 3 de enero de 2010

Primer Encuentro Mundial de Ignorares

Este es uno de los papeles para la discusión. Propuesta de El CayapoMisión Boves

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En tiempos de sublevaciones, despertares y tomas de conciencia, los seres humanos oprimidos y descendientes de oprimidos hemos ido cayendo en cuenta de las muchas formas de opresión. Una larga, consciente y profunda formación cinematográfica (formación: educación, moldeado del pensamiento y la conducta; adoctrinamiento) consiguió acostumbrarnos a la idea de que nociones como sometimiento, imperio y dominación sólo tienen sentido efectivo si vienen acompañadas de plomo, soldados y misiles. Todavía hay quien cree que no está siendo sometido porque no ve el cañón apuntándole a la frente. Buen momento para entender que el cañón los está acribillando desde adentro. El cañón no se ve, y cuando se deja ver luce tan apetitoso que muchos llegamos a agradecer que nos ametralle.

Pero los tiempos cambian, están cambiando dramáticamente, y he aquí que a las hegemonías ya no les es necesaria la fuerza física para dominar (aunque a veces ayuda; pregúntenle a colombianos, iraquíes, afganos, palestinos y otros). Y aunque no es casual que los amos y dominadores del mundo siguen siendo los que tienen las bombas y los arsenales (y las comodidades y los recursos y la riqueza) va siendo hora también de fijarse en las otras armas, esas que nos estallan cada minuto dentro de la casa y dentro del cerebro. Esas bombas han resultado ser las herramientas y formas más efectivas de ­la dominación. Cuando hablamos, pensamos, nos vestimos, producimos, consumimos, nos divertimos y actuamos (vivimos) como el enemigo nos indica que debemos hacerlo, ya no hace falta matarnos. El cierre más efectista para este párrafo pudiera ser: "No hace falta matarte porque ya estás muerto". Pero lamentablemente la realidad es un poquito peor que la muerte: el enemigo no sólo nos ha liquidado como multiplicidad de culturas sino que nos ha integrado a él. Imagen cinematográfica: en el campo de batalla, el enemigo nos echa unos latigazos y después nos lanza unos caramelos y nosotros nos pasamos al bando de allá sin echar ni un solo tiro.

El mecanismo más poderoso de este complejo ejército de atacantes sin fusil y explosivos sin pólvora ha resultado ser el que nos "recomienda" ser y pensar como el enemigo, bajo riesgo de ser excluidos, execrados y pateados del sistema, del “orden” mundial (orden: el poderoso manda y nosotros obedecemos). A la imposición y adquisición de doctrina e ideología se le ha disfrazado de sublime conocimiento, y los lugares donde se perpetra este crimen contra el ser humano se llaman escuela, liceo, colegio, universidad. En esas construcciones hegemónicas nos encasquetan unos libros, una forma de razonar, de conducir a gente mansa y obedecer a gente poderosa. En las aulas, unos pocos sabios nos zampan unos discursos que debemos repetir fiel y dócilmente. Está la opción de negarse a repetirlos, pero en ese caso jamás pasaremos las materias. ¿Y por qué es tan grave no pasar las materias? Ah, linda pregunta: por supuesto que no sería grave si no nos hubieran aterrorizado desde niños con aquella leyenda de que quien no va a la escuela y a la universidad no es nadie en la vida. Usted entra a la universidad con la esperanza de recibir un título. Para “ser alguien en la vida” hay que pasar unas materias, y para pasar materias hay que repetir lo que le ordenan que repita. Así nos enseñaron a ser esclavos o amos, y al manjar con que nos seducen para que ingresemos en ese circuito de la ignominia y el asco lo han llamado "saber". Saber: no cuestionar al mundo porque las cosas está bien como están. Obedecer, repetir.

El mundo ha sido dominado desde tiempos ancestrales por esa gente que es dueña del saber (y de los recursos, y las comodidades, y la riqueza y el tiempo y la vida de nosotros los esclavos). Y muchos de nosotros, las víctimas de ese inmenso engranaje que nos impone todo (conductas, pensamientos, ritmos) solemos creer que podemos acabar con ese sistema utilizando el mismo lenguaje y los mismos códigos que nos sojuzgaron. Todavía muchos creemos que para combatir las leyes de las hegemonías dominantes tenemos que graduarnos de abogados. Que para levantar las casas apropiadas para el mundo por construir tenemos que graduarnos de arquitectos e ingenieros. Que para combatir las angustias humanas tenemos que graduarnos de sicólogos. Que para destruir este mundo y construir uno nuevo tenemos que estar empapados de “saber”, es decir, del mismo elemento que sirvió para construir la sociedad putrefacta que estamos padeciendo, y que por fortuna está en sus momentos finales.

Frente a quienes creen que hay que seguir ensayando encuentros de saberes, creemos firmemente que esta es la hora de los ignorares. El “saber” tal como lo conciben el capitalismo y las hegemonías acabó o está acabando con la posibilidad de vivir en un planeta justo, disfrutable y habitable. Hay que probar entonces con su opuesto. Con el pulso y la energía de quienes queremos empezar por destruirlo todo, o al menos cuestionarlo.

¿Cómo lo haremos? Lo ignoramos. Ese es nuestro punto de partida. El qué y el cómo tenemos que averiguarlo, diseñarlo, discutirlo, parirlo juntos quienes no sabemos. Quienes tenemos la necesidad de hacerlo. Los que quieren seguir reconstruyendo y tratando de salvar al mundo actual también ayudarán, porque sin fuerza opuesta desaparecería aquello que se llamó dialéctica.

Viene el Primer Encuentro Mundial de Ignorares. Ignoramos cuándo ha de ser, ignoramos dónde, ignoramos cuándo. Pero viene. Seguiremos informando (e ignorando).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Compa, el problema no es ni puede ser entre el saber o la ignorancia. Sabemos que el occidente hegemónico impuso un saber, desde el cual somos ignorantes. El problema real es qué hacer tanto con el saber que hemos acumulado desde el poder y como como la ignorancia, no gratuita, sino impuesta. Ninguna nos salva. Ahora en este contecxto, prefiero la ignorancia como principio fundacional. El saber hasta ahora ha sido una mierda. Pensemos entonces desde la nada inaugural, sin darle nombre. Si es así, voy pa ya.

Joe Garagnon dijo...

Yo quisiera saber donde es ese encuentro de ignorares. A lo mejor es un evento ficticio, una metáfora, una estrategia humorística. A fin de cuentas nadie saldrá de allí sabiendo algo sino ignorando más. Soy asiduo lector de tu blog aunque discrepe en muchos aspectos de forma, pero en pocos de fondo. ¿Cómo abordar este peo?, ¿Cómo abordar la realidad desde la pura ignorancia?. Me gusta leer, pero a fin de cuentas ni sé como poner esa mierda a funcionar. Solo cuento con mi vivencia. A veces cuando te veo defender al oprimido no puedo evitar sentir un hondo distanciamiento. Cada vez que salgo a la calle todo el mundo quiere meterle el dedo en el culo al otro, robarle, engañarle, sacarle algo, desvalijarle. A quien defender en esta sociedad de depredadores. Me arrecha que todo se reduzca a la retórica y al artilugio intelectual. Pura paja. Veo en los ojos del reprimido esa profunda naturaleza rapaz. Alguna vez me tocó la ruda experiencia de los consejos comunales. Una cuerda de vivos era lo que había en esa mierda. Pidiendo al estado donaciones de equipos de música, electrodomésticos, enseres… todo para que el mamaguevo de la iniciativa se quede con el mierdero en su casa y venderlo. Las ratas que se agazapan en el gobierno, haciéndose ricos y tirándole su opulencia a los guevones en la cara. La rancia oligarquía tradicional y su incorregible Apartheid. Y los mismos guevones, que si te descuidas te cojen también. Què cagada hermano. Lo que tengo es arrechera. Recuerdo cuando leí Utopía. Una sociedad madura y avanzada. Sin embargo en ella, a pesar de la conciencia de los individuos, los castigos eran coño e madres. Entonces?, Què queda pa nosotros?. Patada y coñazo?. Cuando oigo la palabra Socialismo lo que pienso es “demasiado camisón pa’ petra”. Socialismo es una idea para sociedades maduras, no esta caterva de oportunistas potenciales y consumados. Entramos en la dialéctica entonces. Ve pa los lados, este un pueblo incapaz de obedecerse a sì mismo. No le quedarà màs remedio que obedecer a otro, màs fuerte. ¿Fascismo?... Bueno, que la gente en esta mierda siga en esa, viveza, pata e’ rolismo y coño e’ madrada. El desenlace será triste. Disculpa mi pesimismo. La pura verdad es que quiero ver a mis prójimos florecer y yo florecer con ellos. Pero hoy estoy escoñetado. Saludos

JRD dijo...

Garagnón.
Sobre el ignorar: no confundir con la ignorancia, que es el insulto estándar que nos reserva el engreído académico cuando no podemos demostrar que hemos leído cientos o miles de libro. El visitante anónimo que comentó antes que tú hace un planteamiento bastante exacto del ignorar como opuesto de lo que nos impusieron malignamente como "saber". Échale un vistazo.

Sobre la condición del oprimido. Si te fijas bien, aquí no estamos defendiendo una presunta pureza. Estamos como creciditos para ponernos a creer en vírgenes de 30 años, y para pensar que un conglomerado humano sometido a 500 años de vejaciones está en la obligación de ser caballeroso, pulcro y sacrosanto. A mí hace rato me está sabiendo a mierda el discurso que juzga a la corrupción como la mala maña de cogerse unos reales ilegalmente, por una razón: lo más asqueroso que han producido las clases beneficiarias del capitalismo ha sido el arte de cogerse esos mismo reales pero legalmente. A mí me importa un coño si ese tipo que tiene mansiones, carros importados, dólares y esclavos a su servicio acumuló todos esos "bienes" robando o administrando un banco o una empresa. El chiste ese balurdo que se puso de moda hace poco sobre robar un banco y fundarlo, es un análisis exacto: es igual o peor la putrefacción del hijoeputa que nace, es o se hace multimillonario sin infringir las leyes, que la del otro que se hace millonario robando. El efecto es el mismo, con el agravante de que el millonario "legal" la sociedad lo autoriza a que esclavice pobres y se valga de la miseria para enriquecerse. Nunca pagará por ello. Hasta que tengamos una Revolución de esas de verdad.

Así que un saludo a los camaradas del consejo comunal que viste robándose los reales. En pleno proceso de descomposiciópn del capitalismo, lo que hicieron esos panas es inevitable, porque todos estamos podridos, y el que se sienta pulcro es peor porque además es un embustero y se autoengaña.

Joe Garagnon dijo...

Totalmente de acuerdo. La liberación comienza desde adentro. Abolirse uno mismo es el inicio. No se puede uno esperar con ingenuidad a que los demás cambien por combustión espontánea. Aquì estoy preparàndome una arepa. Estoy buscando donde hacer militancia. Estoy pendiente de ir a esos encuentros de ignorares. Saludos

Joe Garagnon dijo...

duque, pìllate esta banda (el quinto aguacate) del barrio el placer de marìa, unos verdugos, en este toque estabamos unos panas e hicimos tremendo sancocho. pìllalo, el sonido es casero
http://www.youtube.com/watch?v=6nw1JCKbIAY&feature=related