lunes, 19 de julio de 2010

El enemigo circunstancial

En tiempos de guerra nada le debemos al enemigo sino el dolor. Sus lágrimas por nuestra risa; su derrota a cambio de nuestra felicidad.
Pero, ¿a cuál enemigo?

***

Está el enemigo histórico de clase: el que se enriqueció mientras nosotros empobrecíamos, el que vive confortablemente, no MIENTRAS nosotros vivimos miserablemente, sino GRACIAS A QUE nosotros vivimos miserablemente. En un sistema de recursos y confort limitados (ya que el planeta no tiene energía suficiente para que haya 7 mil millones de ricos, y tampoco voluntad de las hegemonías para que ello ocurra) el que acumuló bienes y recursos es porque aplastó a muchos de sus semejantes. Nadie se hace rico gracias a su trabajo y a su esfuerzo (como dice la propaganda capitalista para tratar de convencernos de que cualquiera puede ser Rockefeller si trabaja) sino gracias al robo, el saqueo y/o la explotación de otros seres humanos.

Está otro enemigo natural que son los aspirantes a ricos: esa clase media que lo hace todo por conveniencia, algunos incluso abandonar y negar la clase originaria para juntarse con sus explotadores, tratar de ser como ellos (cosa que no lograrán nunca) y propagandizar con el postulado más repulsivo del sistema capitalista: “Si yo pude surgir y dejar de ser pobre entonces tú, que jugaste y creciste conmigo y estudiamos en la misma escuela, también pudiste y no lo hiciste, así que púdrete”.

***

Es verdad que de las clases pudientes han salido seres humanos excepcionales que se han convertido en luz y ejemplo para las luchas del pueblo. Pero son sujetos excepcionales y sólo eso: personas que abandonaron la comodidad burguesa para venirse a luchar al lado de los expoliados. Sujetos que traicionaron a su clase para colocarse del lado más humano de la historia y en el bando correcto en la guerra milenaria de explotadores contra explotados. Son rarezas, excepciones en medio de lo predominante: los que se abrazan a sus riquezas o a la esperanza de ser ricos algún día.

***

Está también el enemigo circunstancial: el sujeto de nuestra misma clase que se dejó embaucar por el discurso del enemigo clasista y ahora milita con ellos, trabaja para ellos, les sirve con alegría, canta las presuntas bondades del sistema capitalista que lo tritura, nos enfrenta con el discurso y el activismo y se está preparando para enfrentarnos en escenarios violentos.
No hay nada más lamentable, doloroso y difícil de confrontar que ese enemigo circunstancial. No hay nada que desespere más en el marco de la lucha de clases que la existencia de pobres jalabolas de los ricos. Nuestros enemigos históricos son los ricos explotadores y los aspirantes a ricos (la clase media) y es normal que se nos dé fácil gritarles en la cara la aberración que garantiza su confort y nuestra miseria. Pero a un esclavo que decidió luchar por los intereses de sus amos (¿no les suena cierto clamor entre los nuestros apoyando a las mafias de RCTV y Globovisión?) es difícil, tortuoso y casi siempre infructuoso explicarles que su hambre (que es la nuestra) tiene su origen en el hartazgo de la gente que apoyan. Ninguna explicación les hará comprender que la putrefacción de los alimentos de Pdval es la putrefacción del capitalismo, y que usted puede culpar al Gobierno de lo que sea menos de haber inventado ese capitalismo en avanzado estado de descomposición. ¿A qué se debió el drama Pdval sino a un grotesco apego, por parte de esos bichos que están presos y otros más, a la enfermedad compulsiva consistente en comprar y comprar y comprar para acumular y acumular y acumular para luego vender y vender y vender?
Pero les ha sido fácil a nuestros enemigos históricos convencer a muchos pobres (de los que decidieron defender los intereses de los ricos) que sólo el Gobierno deja pudrir alimentos. Nunca revelarán que en general el capitalismo funciona así, ya no por negligencia como en el caso Pdval sino con plena conciencia: yo pongo algo en el mercado y si ese algo no se vende lo destruyo. No puedo regalárselo a la gente que no tiene dinero porque esos salvajes tienen que acostumbrarse a que sólo se puede comer si se tiene para pagar por la comida.

***

¿Qué llaman “paz” nuestros enemigos históricos? Un estado de cosas en el cual los pobres estemos satisfechos de nuestra esclavitud y supeditación a las órdenes de ellos, los amos. El sistema capitalista consiste en que la mayoría se parte el espinazo para que una minoría viva bien, y hay gente que cree que la humanidad puede vivir en paz si 1) esa mayoría esclava forma sindicatos que organicen la explotación pero no la acaben, o 2) si Poder hegemónico y Gobierno, unidos, se aseguran de que los pobres no tendrán jamás la fuerza suficiente para comenzar a romper la hegemonía del poder económico.
Los ricos y sus jalabolas dicen que en Venezuela había paz social antes de la llegada de Chávez a la Presidencia porque Gobierno y Poder económico eran una misma cosa y esa unidad garantizaba que si los pobres alzábamos banderas inconvenientes (el comunismo o el socialismo, por ejemplo) íbamos a ser aplastados sin problemas. Ahora que esa unidad está rota (Gobierno y poder económico están confrontados) los ricos necesitan una confrontación y están trabajando en ella.

***

La confrontación que viene (la confrontación violenta, que será consecuencia de la confrontación discursiva actual) nos enfrentará en las calles a pobres con conciencia clasista contra pobres jalabolas de los ricos. A cierto chavismo le agrada la perspectiva de que estalle una coñaza donde los marginales nos caeremos a tiros y a vergajazos contra los sifrinos hijos de ricos y clases medias. La triste realidad será otra: los pobres saldremos a matarnos con los pobres, unos en defensa de los ricos y otros en defensa nuestra, en defensa de la humanidad que nos merecemos.
Siempre fue así en todas las épocas. Siempre los pobres hemos entregado el pellejo para que las hegemonías manden. Pero ahora, en este tiempo de reinventarlo todo y reinventarnos, ¿seremos capaces de revertir o modificar ese atavismo histórico? ¿Qué cosas deberemos hacer para que finalmente sea el grueso de la humanidad y no una élite el conglomerado que se encargue de conducirnos al futuro?

8 comentarios:

Eder dijo...

Te faltó un pedacito sobre cómo esa clase media jalabolas se apoya en el consumo para aspirar a ser como los ricos

Anónimo dijo...

La constitución prohíbe la propaganda de guerra. No se deben hacer apologías al genocidio, no sea cosa que le salga a uno el tiro por la culata. Además ya estamos viviendo uno en cámara lenta.

Usted, amigo, debería dejar esta conducta delictiva y hacer algo por Venezuela. Algo positivo.

Gustavo Mérida dijo...

¿No te arrepientes de haber impedido la patada en el culo que se merecía William Echeverría?
Aquí viene el asunto de quién se merece qué. Tal vez algunos coñazos en la boca de los bocones no atenten contra la libertad de expresión; son, sencillamente, una respuesta pareja: si me insultas por la televisión o en un artículo de opinión, cuándo te vea, te pregunto, previa advertencia de la posibilidad de un sopapo, si sigues pensando igual. Y ya. Mala leche la sotana, o el carné del CNP. Te salvas si estás viejo, si tienes guardaespaldas o uniforme. ¿O el paco que te atracó no se merecía su coñazo?
Saludos, Duque.

JRD dijo...

Lorenzo Albano
No me envíes más comentarios. Desde el penúltimo que enviaste he decidido enviar a la basura todo lo que venga manchado con tu nombre. Quizá te haga un honor: le dedicaré a ese penúltimo comentario (toda una joya entre las miles de muestras de xenofobia, odio a los pobres y esquizofrenia seudointelectual que recibo a diario, de parte de anónimos y protoacadémicos y bichos dizque inteligentes) un artículo en este blog. "Eso" que mandaste es una acabada pieza de deterioro mental, producto quizá de la droga o drogas que consumes.
No envíes más comentarios a este blog, Albano, no voy a publicarlos y ni siquiera a leerlos.

Eder
Me faltó, es cierto. Puedes aportar tú mismo es eanálisis si gustas.

Anónimo 19 de julio de 2010 23:10
Usted tiene razón: el capitalismo es un genocidio. Pero no en cámara lenta. Fíjese bien. Ahora, indíqueme la parte en que yo incito a un genocidio, o métase sus comentarios por el hueco del culo.

Gustavo Mérida
Sí, hemos reflexionado mucho allá en El Cayapo acerca de la rabia y sus consecuencias. El punto es: si a Echeverría y a los tombos que me atracaron los hubiésemos refentado a patadas o a plomo, ¿qué hubiese logrado yo aparte del fresquito de la sensación de venganza? Digo: en tiempos de guerra de cuarta generación, ¿matar a alguien hoy, antes de las coñazas decisivas, nos hace ganar la guerra o perderla?

Algo de eso, aquí: La guerra lenta...

Ivan Sotomayor dijo...

Qué más, Duque.

No sé si ya te lo he preguntado, palaras más, palabras menos...:

¿Tú crees que la vaina llegue hasta allá?

¿Crees que los ex-empleados arrechos de Supermercado EXITO o Cada (los que prefieren ser esclavos de los privados que del estado y renunciaron)se van a fajar a plomo limpio contra nosotros?

Si hasta al gas lacrimógeno le corren.

Yo creo más en que si estalla un peo bélico, va a ser con o por violencia importada.

No sé, el tiempo dirá la última palabra.

Saludos.

Joe Garagnon dijo...

Quisiera hacer un alto en la clase media, porque yo vengo de esa mierda. La actualidad nos presenta una realidad patética al respecto. Quizàs esa "clase media" en algùn momento de la historia tuvo la facultad de hacer elecciones, de discernir y hasta verse como clase, en pocas palabras: de ser burgueses. ¿Pero hoy en dìa què es es ese triste conglomerado humano?. Toda su consciencia no es màs que un estuche vacìo que se llena desde el exterior. La clase media actual es apenas un "Slogan" que no genera nada. La clase media actual ya ni siquiera aspira al poder sino a la preservaciòn de su estùpida comodidad hedonista, la cual es aprovechada por los verdaderos burgueses (los ricos, los del billete, los que colocan y quitan tìteres gobiernos). Por eso es que la clase media, a mi entender, ha pasado a ser un enemigo circunstancial màs del pueblo y un enemigo natural de si misma. No existe en ella màs que una repeticiòn pavlov de la artillerìa publicitaria que genera el imperialismo. La clase media alguna vez hizo algo (participando en revoluciones burguesas como el socialismo que por lo menos mejoraron al mundo), pero ahora allí no existe nada, no hay nada y nada se genera. Yo detesto a esa clase media de donde vengo, soy un desclasado. Este mundo necesita del pueblo y es el pueblo el que, definitivamente, tiene la misiòn històrica de revertir la destrucciòn de la humanidad. Un abrazo

webmaster dijo...

Duque, tu planteamiento es un peo que mucha gente no quiere entender. Nadie se hace rico sin joder a otro. Casualmente estaba en una tertulia que hacemos en el trabajo cuando almorzamos y nos pusimos a sacar cuentas de como se hicieron ricos la cuerda de hijos de puta que ahora dicen ser los defensores de la clase obrera. Soy de Chivacoa, estado Yaracuy. Toda mi infancia transcurrió viendo un carajazo de camiones llenos de maíz que hacian colas desde Urachiche hasta Promasa (Empresas Polar) para poder vender su producto. Bueno, los muy malparidos de Promasa esperaban que el maíz comenzara a germinar en los camiones para comprarlo a precio más bajo. Igual pasaba con los "ilustres" Zuloaga. Aquí en Lara hay un tipo que tiene una de las inmobiliarias más arrechas del estado. Y su fortuna la hizo estafando a un gentio con casas. Se desapareció por un tiempo y regresó a montar tremenda empresa. Tu artículo me viene al dedal para seguir fomentando en mis compañeros el amor por su trabajo y no por un patrono que a la larga solo te dice que eres tremendo trabajador para seguir explotandote.

Joe Garagnon dijo...

Respuesta para esta pregunta trascendental "¿Qué cosas deberemos hacer para que finalmente sea el grueso de la humanidad y no una élite el conglomerado que se encargue de conducirnos al futuro?". Mi abuelo, ese viejito intelectual que fue amigo de la generaciòn del 28 y se negò a militar en ella siempre me aconsejaba con esta frase "empieza por lo màs sencillo". hay que reunirse, el pueblo con consciencia debe trascender el contacto panfletario, no solo reunirse porque el presidente o alguna autoridad partidista convoque a una marcha. Este gobierno, afortunadamente, garantiza esa libertad de conspirar contra el poderìo econòmico que subyuga al pueblo. Es urgente concretar las comunas para que a travès de ellas el pueblo se vaya uniendo, como cèlulas, no de terror, sino de lucha. Hay que verse las caras hermano, hay que estrecharse las manos. Arrancar es lo difìcil, una vez que se hace lo demàs es bajada... bueno, es mi humilde perspectiva