viernes, 12 de noviembre de 2010

La rebelión desde el habla

Los datos de rebelión humana que fluyen y estallan en distintos puntos del planeta son de una variedad sabrosa, multicolor, sincrética. No parece gratis que sea caribe una de sus manifestaciones político-institucionales más visibles.
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Los actos revolucionarios son actos de pueblo, y estos son muchas veces ignorados o secuestrados por las hegemonías y los poderosos en su acción opresora. Uno de los actos de rebelión más constantes del pueblo todo, de la humanidad en rebelión en contra de los saberes impuestos, es tan natural y cotidiano que casi no se percibe o no se toma por revolucionario. Fíjense en el inútil y ridículo empeño de La Academia y las academias (y también en la ignorancia de muchos sumisos por vocación) en querer secuestrar, mediante el control institucional o imposición del “criterio de autoridad”, un asunto tan bullente y relampagueante como el idioma. Caso particular, el idioma castellano: esta materia con la que nos comunicamos.
En los últimos días he pasado revista a toda una suerte de preocupaciones, indignaciones, apoteosis de la ridiculez y el maquillaje, por parte de elementos que para parecer “cultos” se han lanzado a apoyar o cuestionar las “nuevas” reglas del castellano. A comentarlas desde la falsa premisa de que hay unas nuevas reglas y deben respetarse. Qué verga con estos bichos entrenados para mandar y obedecer (ellos obedecen a la Academia, y le exigirán a sus alumnos, súbditos o subalternos que los obedezcan a ellos). Gente escandalizada porque ahora unos relambepipes y aspirantes a momias han publicado un libraco que “ordena” poner o desaparecer unas tildes, unas grafías y unos fonemas. Valga acotar que la mayoría de los nuevos términos incorporados, según los académicos responsables de la compilación, provienen del habla vulgar de América y de las nuevas tecnologías: bienvenidos el pendráiv y el malandro a los diccionarios españoles. Eso es una revolución, o expresión de la revolución de la que hemos hablado antes.
Pero atención: lo ridículo del asunto no es que los viejos verdes de la Real Academia Española de la Lengua se sientan con el derecho y la misión de indicarnos a los hablantes de “esto” (que parece castellano pero que ya no lo es) cómo es que deben escribirse las palabras, sino que una legión de imbéciles, profesores casi todos, crean que si la Academia da una orden usted debe acatarla porque si no corre el riesgo de ser execrado por “inculto”, mal escribiente o mal hablao.
Hace mucho tiempo el pueblo transgrede e irrespeta toda regla (sobre todo esas reglas que se refieren al “buen hablar” y el “buen escribir”) y es la Academia la que anda pegando brincos tratando de registrar y sepultar en sucesivos diccionarios (“cementerios de palabras”, según un personaje de Cortázar) el dinamismo, la índole inasible, el fenómeno telúrico e incontenible que es el lenguaje. Ángel Rosenblat dijo que el futuro del castellano está en América. Yo creo lo contrario: creo, y esto es un dato de la lenta e irreversible revolución de los pueblos, que nuestra gente no escolarizada acabó con el idioma que vinieron a traernos de España. Esto que hablamos y escribimos parece castellano, pero no lo es: es algo deformado, remotamente parecido a lo que farfullaban aquellos cronistas, maleantes, curas y aventureros del siglo XVI, y conste que lo que ellos hablaban también era jerga hamponil, idioma a coñazos del asesino, el aprendiz de pirata, el ladrón, el malandro español que se vino en esos barcos a enfrentar a otros como él.
Pasa algo parecido, o quizá idéntico con la música popular, hija de sucesivas filtraciones de instrumentos y sonoridades. Y el primer ejemplo que se me viene a la cabeza es lo que hicimos con el laúd, ese patriarca árabe: escuche a ese laúd señorial, vénganse pa los llanos y escuche ahora trepidar a su tataranieta, esa loca tropical, puta, sabrosa y juguetona: la bandola.

Laúd iraquí



Bandola llanera:


De modo que la bandola es al laúd lo que la lengua llanera, oriental, malandra/urbana, es al castellano, a lo castizo que muchos güevones confunden con “el lenguaje correcto”.

He oído a mucho comemierda decir que “en Bogotá se habla mejor español que en toda América”, y mejor me refiero a eso después, no se me vayan a arrechar los bogotanos.
Otra lectura, que también me agrada y veré cómo la complemento con la otra, es que en América no acabamos con el idioma sino que lo hemos ido enriqueciendo (cambiando) mediante la incorporación de términos tecnológicos, anglicismos, expresiones indígenas y africanas que después de la pela y el exterminio de siglos vuelve a reaparecer. Es una lectura optimista porque despoja de toda demonización al proceso de incorporación de palabras del inglés: no está mal que castellanicemos lo que venga, porque es inevitable que venga. En eso andamos desde hace tiempo. Y total, nadie nos quitará la gloria de los inventos lingüísticos más espectaculares, que embellecen y enriquecen esto que hablamos y escribimos. En lo personal, yo tuve revelaciones del poder creador del pueblo la vez que escuché a una hembra llamando a otra “mamagüeva”. Y la vez que oí a un carajo diciéndole a otro que le iba a desmamagüevar la vida. Y a otro diciéndome: “Deja la mortandehambrés”, queriéndome decir que no fuera muertodehambre.
Eso es Revolución. La creación de un idioma que cada vez se parece menos al de los conquistadores de antes y de ahora.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

"....SALUDOS EL ..."LENGUAJE VUELVE A UNIRNOS Y NO VOLUNTARIAMENTE,NO SEÑOR PUES UNA DE LAS IMPOSICIONES MAS TRASCENDENTAL ¿HERENCIA? SI ES QUE ASI SE PUEDE LLAMAR A UNA LENGUA QUE COMO DICE EL REFRAN "LA LETRA CON SANGRE ENTRA" Y NO SOLO ENTRO LA LETRA SINO TODO EL COÑAZO DE REGURGITACIONES QUE A NUESTROS ILUSTRES ANTEPASADOS INDIGENAS LES HA DEBIDO SONAR EL ESCUCHAR A TODA ESA PARRANDA DE RECONTRACOÑOESUMADRES ESBIRROS GENOCIDAS EUROPEOS QUE LLEGARON PÒR DESGRACIA A ESTA TIERRA DE GRACIA QUE POR CIERTO NINGUNA GRACIA CAUSO A LOS VERDADEROS Y UNICOS AMERICANOS,ES QUE HASTA EL NOMBRE ME INDIGNA, HEMOS DEBIDO SER EL CONTINENTE PACHAMAMBIANO O QUIZAS YANONAMIAMBIANO CUALQUIER VOCABLO QUE NO TUVIESE QUE VER CON UN PELABOLA EUROPEO QUE POR DESGRACIA A ESTE TERRITORIO LLEGO, Y SI ESA HEMORRAGIA VERBAL A SANGRE NOS ENTRO PUES EL CAMINO PA TERMINAR DE ESCOÑETARNOS CON EL CUENTO DE LA FE Y SU VENTA POR CUOTAS O DE CONTADO DE LA SALVACION ESTABA YA DELINEADO O SEA UNA DESGRACIA LLEVO A LA OTRA,EN MI HUMILDISIMA OPINION UNA MUESTRA REVOLUCIONARIA SERIA RETOMAR EL HABLA DE NUESTROS INDIGENAS Y YA QUE MENCIONAS APRECIADO PANA A BOGOTA SERIA MAS ARRECHO QUE EN ESTA SE HABLASE EL MAS PURO MUISCA O CHIBCHA DE TODA LA AMERICA,AL IGUAL QUE EL AZTECA EN MEXICO Y EL QUECHUA EN TODO EL TERRITORIO INCA,ESO SERIA UNA REVOLUCION ASI CERVANTES SE REVOLCASE EN EL MAS ALLA AL ESCUCHAR SU QUIJOTE EN VOCABLOS DE TRESMIL AÑOS DE ORIGEN PURO NO COMO ESA VAINA CASTELLANA QUE DE UN COÑO NOS SALVO Y COMO MENCIONAS EN TU TEXTO NOS DESMAMAGUEVO LA EXISTENCIA,DIRAN LOS ACADEMICOS MUY TAJANTES PERO SI ESA MIERDA QUE GESTICULABAN ESOS INDIOS NI ESCRITURA TUVO,PERO LA REVANCHA DE LOS CARACTERES FONETICOS O PROPIOS DEL LEXICO SEA CUAL SEA PARA NUESTRO CASO DE ESA MALA HERENCIA CASTELLANA ES BIEN IRREVERENTE Y ESO ME COMPLACE PUES CHIBCHOMBIANIZAR ESE CASTELLANO Y MEJOR AUN REVOLCARLO CON SU ENEMIGO HISTERICO EL IMPERIALINGLIS(NO OLVIDEMOS QUE ESPAÑA E INGLATERRA SON IMPERIOS RIVALES HISTORICOS)ES DE ESCUCHAR Y COGER PALCO SI PALCOÑOELAMADRE TODO LO QUE SUENE A IMPERIO GENOCIDA EUROPEO Y SUS HEREDEROS NORTEAMERIGRINGOS POR AHORA DEMOSLE UN SENTIDO PESAME AL IDIOMA DE LA MADRE DE TODOS ESOS GENOCIDAS MAL LLAMADOS CONQUISTADORES..ESTE FENOMENO NO ES UNICO LO MISMO LE SUCEDE AL INGLISHIT,FRANCHUTE Y TODAS ESAS LETRAS QUE CON SANGRE ENTRARON....PANAOCHENTERO....

Gustavo Mérida dijo...

Un artículo de pinga, pana. Hace un tiempo estuve vendiendo teléfonos celulares, y andaba en moto, por ahí. En Prado de María, dejo uno en un taller de latonería. Arranco, y en la esquina escucho el grito: Celuladero! Me devolví. Vale la pena que cuentes porque estabas tan caleta ese día...brinda que te ganaste un premio, deja la mortandehambrés. Un abrazo.

Juan Carlos González dijo...

Las lenguas están vivas, y por eso van cambiando. Creo si que cada vez hablamos con menos palabras, y eso es malo porque mientras más palabras sabemos más capacidad tenemos para expresar lo que pensamos y sentimos (la palabra saudade, por ejemplo), pero también es que nada más ladilla que escuchar un pocotón de adjetivos y rebusques que poco o nada tienen que ver con nosotros.

Saludos,
J.

Unknown dijo...

Que bueno. Yo también leí los artículos de marras y los comentamos varios compas por acá por Sanare. Fíjate si será rica la lengua nuestra, que tuvimos que hacer un diccionario de venezolanismos; los hay de mexicanismos, puertoriquismos y pare de contar. Porque esa camisa de fuerza que quiere imponer la real academia no deja que crezca como el monte el idioma... Lo tienes apolismao (expresión que acabo de oír de un viejito al que entrevisté pa' Página con Tod@s de Caimaneando. Si nosotros le hubiéramos parado media bola a la academia, mi pana, ya no podríamos entendernos, porque el lenguaje, el habla, que se yo, viaja más rápido de lo que esos apolillaos viejos de la real tienen capacidad de seguir. Los malandros, dice el viejo Rosemblat,son uno de los mecanismos más eficientes para que la lengua vieja y se multiplique...
Saludos
La Guara

elsoberanomanda dijo...

Coño, Duque, por un momento me confundí: ¿cuál es el peo si unos carajos se toman el trabajo de poner al día el manual del usuario de esta verga que nos comunica?
Todo lenguaje es una momia a la que de vez en cuando se le añade una venda, actualizándolo por la fuerza de la realidad a lo que se usa en las calles del hoy. Lo que parlamos es el cable entre nuestros güiros: la única manera de que el enchufe colectivo funcione es si la entrada individual es compatible. Y eso puede o no estar recogido en la actualización de la academia, pero lo que funciona en la calle seguirá siendo importante en la medida en que sirva.
Nuestras anarquías lingüísticas no van mucho más allá del uso de la mentada de madre tal cual es usada en el contexto diario y real de la conversa de calle y de casa sin la moderación del lenguaje tipo A, B o como sea impuesto por CONATEL a sus asépticas categorías de usuarios. Si acaso nos traemos alguna palabra nueva como el desmamagüevarse que leí por ahí, pero por lo demás nos aplicamos en usar un castellano muy pero que muy académico, con todos sus acentos, diéresis y puntuaciones de paquete. Tú escribes del carajo justamente porque sabes manejar bien este idioma, o lo que hemos hecho de él. Tu experiencia en y dentro del periodismo te debe (o se debe) haber beneficiado en esa cualidad. Los académicos del DRAE podrán leer y entender tu artículo sin problemas: se lo sirves con su sazón.
Más me arrecha a mí es escucharle a cuanto bicho le ladre a un micrófono palabras como "aperturar" (¡incluso llegué a oir "aperturamiento"!). Y sigo esperando que Hugo le diga al pueblo en cadenas y alópresidentes que en el presente imperfecto (creo), la primera persona plural de los verbos ir, venir, hacer y estar es íbamos, veníamos, hacíamos y estábamos. Vainas mías, pero es que los estábanos y hacíanos me ladillan burda.
Supongo que lo que no te agrada es que unos zamuros con las nalgas planas de estar sentados leyendo y escribiendo sobre cómo se debe escribir no reconozcan al pepsicolero ni al perrocalentero. Seguro que no tuitean y ni de vaina reconocen que se la pasan gugleando, pero eso es peo de ellos.
Franco Munini.

Anónimo dijo...

Particularmente creo necesaria la institución como "control" de la lengua, o mejor dicho para mantener las reglas necesarias, sobre todo para el lenguaje escrito. Tú por ejemplo sigues esas reglas, porque te son necesarias para escribir, (y escribes muy bien. Si te parece innecesario te desafío a que escribas ¡sin acentos! ¡y sin puntuación!
Ahora eso de "ay en Bogotá se habla mejor español", o en Argentina, o en España hablan el verdadero español... me gustaría oírlos y poder escupirles un ojo! patético! El idioma vive constantemente cambios y a las instituciones no les queda mas remedio que adaptarse a esos cambios y al mismo tiempo establecer esas "nuevas reglas" eso en cuanto a lo escrito, ahora la oralidad es la parte más hermosa del idioma, nuestro acento, nuestras jergas y demás particulares es lo que le da vida al idioma...
Maricarmen

Anónimo dijo...

Le real academia lo que hace es constatar por su frecuencia una serie de palabras o de eventos gramaticales que se producen en el idioma. Nunca se puede tener el registro de todo lo que se dice o se escribe, por razones obvias. Algunos especialistas se dedican a observar los llamados "idiolectos" de algún grupo determinado y en sus estudios sacan conclusiones sobre lo que se observó en ese momento preciso. Ni las revoluciones, ni los conservadurismos pueden impedir o imponer una manera de hablar o de escribir: Babel seguirá existiendo aunque no lo queramos.