martes, 21 de diciembre de 2010

Disturbios y propaganda

Sí, ha habido disturbios en Caracas, merecumbé del bueno: gases, patadas, coñazos, escopetazos de intimidación. Un capítulo más de la vieja e interminable confrontación entre buhoneros y policías. Los primeros defendiendo un principio o "derecho" capitalista (la venta de mercancías, sobre todo en este tiempo de consumo exacerbado) y los segundos defendiendo el reclamo pequeñoburgués que le exige al Gobierno sacar a los buhoneros de las calles, pues estas son "para la gente". Discurso de fondo: "los buhoneros no son gente". Otro discurso de fondo: "Aquí hay falta de Gobierno". Otro discurso de fondo: "Aquí hay exceso de Gobierno". El Gobierno actúa y es una mierda; el Gobierno no actúa y es una mierda. Y no es que me parezca mal: es el viejo juego del gallo pelón con el cual el pueblo se defiende del poder. Ha sido así desde hace muchos años: contra fuerza, astucia
La coreografía de estas coñazas suele ser la misma desde hace décadas. Tal como en los años 80 y 90, ahora suele suceder que la policía desaloja o pretende desalojar de las calles y aceras del centro y otras zonas de Caracas a los vendedores informales y éstos se defienden mediante una táctica histriónica muy eficaz: apenas se acercan los tombos, una mujer se lanza al piso y alrededor de ella sus compañeros comienzan a gritar que ha sido agredida, golpeada, vejada por un policía. Y ahí entra en juego lo demás, que es la rabia colectiva y la negativa a quedarse sin el centavero que depara la venta de mercancía en estas fechas. Ahí verán ustedes el espectáculo siempre hermoso, siempre gratificante, de uno o varios ciudadanos desarmados encenciendo a coñazos a uno o varios pacos, que no logran espantarlos con la detonación de sus armas. Esa es la energía de la gente nuestra. Ese es el volcán en estado de latencia que cuando no encuentra desahogos puede torcer la historia (o acelerarla). Pero en este caso en particular esa energía suele volver al fondo porque su detonante circunstancial es bastardo: el deseo de unos de ganar plata, plata, plata, plata. Hay quien se deja matar porque le impidieron ganar plata (salud al ánima de Franklin Brito), y esas motivaciones nunca trascienden, nunca se convierten en ideal cierto de lucha. Cuando el ejercicio de la rabia tiene precio ya no vale la pena como motor de la historia. Pero sigue siendo sabroso ver a una doña enfurecida echándole una pela a un paco. ¡Uf!, qué sabroso.
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Vamos ahora con lo que cucarachea en la mente de los jerarcas del poder económico y en sus sirvientes de los los medios de información. Ellos, que siempre consideraron vandalismo cualquier manifestación popular; ellos, que sienten un profundo asco por los buhoneros, no sólo por su extracción social sino porque les quitan la clientela a los comerciantes formales (los que roban igual pero en un centro comercial o en una tienda debidamente registrada); ellos, que jamás participarán en una manifestación popular (una de verdad, no esos remedos comemierdas que han ensayado en Altamira y El Cafetal con el nombre de "guarimbas"). ELLOS, los conspiradores de papel que empujan a la gente a echarse coñazos mientras ellos se sientan a ver y agitar el peo por televisión o por internet, ahora quieren hacerle creer a la gente que la coñaza de los buhoneros es el pueblo arrecho por las expropiaciones en el Sur del Lago, contra la Ley Resorte y en defensa del derecho de Alberto Federico Ravell y Teodoro Petkoff a seguir jugando a los paladines de la democracia sin moverse del este de Caracas.
Por supuesto que no es para hacerse el pendejo e ignorar que por ahí vienen momentos críticos de agitación social, pero de la de verdad. Agitación de pueblo arrecho y no de niños lindos al servicio de manganzones tipo Ramos Allup o Leopoldo. El chavismo oficial está en el peor momento de sus relaciones con el pueblo pobre, y eso generará situaciones duras el año que viene, y seguramente también en el 2012. Pero todavía podemos fijarnos en los movimientos propagandísticos del enemigo (y burlarnos un poco, que es buen ejericio): esos que ven cualquier escaramuza en la calle y se la autoatribuyen, se autoproclaman sus promotores ideológiocos, para engañarse y engañarnos con la idea de que el pueblo está a favor de los multimillonarios. Qué rolo de güevones: como no tienen pueblo y ni siquiera saben qué verga es esa, entonces se cuadran con el primer arrebato que ven por la tele y se sienten ya comandantes de una rebelión. Es que me imagino nada más la cagazón de Miguel Henrique Otero a diez cuadras de una pelea entre niñas y se me alegra el fin de año...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Internet, ciertas libertades, ciertos derechos y algo sobre la derecha unida (chavista y atichavista)

Reproduzco aquí dos comentarios recientes de usuarios en el post anterior (La Ley Resorte ya es un asco):

15 de diciembre de 2010 a las 21:31
Edgar Zurita dijo:

Hasta hoy le sigo compa, mire que habla de la ley resorte y revisa tus condiciones para publicarme un comentario. Compadre usted teme que perdamos el poder, compadre el poder es del pueblo y si el pueblo en verdad lo ejerse nunca lo perderemos. Por lo demas ya estas tirando a la derecha o centro pero menos pa la izquierda. Señor usted tiene su propia ley resorte vamos a ver si publicas el mio por criticarte. Je
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16 de diciembre de 2010 a las 04:10
Joe Garagnon dijo:

MI pana, Soy un consecuente lector de tus metrallas, aunque no comparta tu chavismo, no por cuestiones de valores. Lo mìo es màs superficial Eso me pasa por calarme tantos alò presidente, provovaron em mì esa sensaciòn de estar ante un show man.Cuando llegue el momento de tu vida, en el que seas condenado a la contrarevoluciòn- (algo similar a lo que el camarada Lenin hizo provocando la aniquilaciòn del constructivismmo ruso, por ser un agente peligroso por ser na amenaza para conciencia revolucionaria¡colectiva). Toda esa caterva de diputados nuevos y alcaldes y gobernadors que estàn por venir "hieden a oligarquìa" Y si Chàvez no entienede que con esas chatarras no vamos ni a la esquina, serà,el momento de reconquistar las montañas insurgentes de hace 50 años

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Garagnon, lee el comentario de Zurita.
Zurita, lee el comentario de Garagnon.

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A Zurita le pasa lo mismo que a todos los que se creyeron el cuento de la "libertad de expresión" y toda esa mariquera pequeñoburguesa mediante la cual nos han estafado durante todo un siglo. Zurita cree que yo atento contra "su" libertad porque yo ejerzo una que me da la gana de ejercer: publicar en este blog, del cual no soy dueño pero sí moderador, lo que me da la gana y no lo que quiera publicar aquí cualquier oligofrénico enamorado (y mire que hay unos cuantos tecleando parejo en internet; más adelante les muestro uno o dos). No sé si el caballero ha detectado alguna diferencia entre mi persona y el Estado. Digo, no sé, a lo mejor se dio cuenta de que hay algo así como una pequeñísima diferencia entre el poder del uno y el otro. ¿No?
Por lo demás, revise el alcance del término ese, "libertad de expresión", y después dígame si yo tengo poder para impedir que usted publique lo que le dé la gana donde le dé la gana (menos en este espacio, donde se publica sólo lo que yo quiero). Vaya, haga una prueba. Abra un blog y escriba allí sobre mí lo que le dé la gana, y luego verifique, a ver si yo puedo impedirlo. Sorpresa: no puedo impedírselo, ni que quisiera (y no tengo por qué querer).
Le propongo una prueba más: vaya a las páginas del Gobierno RRRRRRRRRevolucionario cuyas leyes, según sospecho que usted cree, son de izquierda (porque si yo me opongo a ellas soy de derecha) y trate de publicar en ellas lo que le dé la gana. Vaya, haga esa pruebita y después viene y nos cuenta.
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En cuanto a Garagnon, creo no haber entendido eso de que estoy condenado a la contrarrevolución. A lo que quizá sí pueda estar condenado es a actuar contra el Gobierno, si éste sigue girando a la derecha. Pero en la Revolución estamos los que estamos. Podré renunciar al chavismo, pero no a la Revolución. Eso no es posible, porque la Revolución es una condición inherente al pertenecer a la porción de la humanidad que ha sido expoliada, y que ha de acabar con este sistema. A eso no se puede renunciar. La Revolución no es una chapa, ni un cargo, ni un partido, ni un título.
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Regreso con Zurita. Iba a afincarme en esa afirmación de que "el poder es del pueblo" (premisa que no soporta ni un estornudo), pero prefiero volver al asunto de la presunta censura que yo aplico, y al curioso hecho de que hay coñitos de ultraderecha, tecnócratas, sicópatas, pajizos, pichones de sabios, preintelectuales angustiados y aficionados a las lecturas de filósofos europeos, que piensan lo mismo que usted al encontrarse con mis advertencias para publicar aquí. Qué coincidencia, ¿no? Los chavistas-oficialistas y los antichavistas más prohegemónicos pensando la misma cosa. Chico, ¿será casualidad eso?
Si mi poder de censurar fuera cierto no habría tanto bicho suelto por ahí escribiendo artículos en mi contra, declarándose admiradores míos pero pidiéndome a gritos que por favor los tome en cuenta, que les hable, que les responda, que les haga el favor de debatir con ellos o de echarles aunque sea el salivazo que los haga sentir menos miserables, menos despechados porque ni siquiera los ignoro. Esos blogs y páginas web existen, están disponibles en la web y allí permanecerán. Sus moderadores me han dedicado y siguen dedicándome laaaargos ensayos, artículos o aunque sea breves posts, en los cuales me han tirado de todo para ofenderme (o tratar de): corrupto, racista, marico, loco, borracho, ignorante, intelectual, burócrata, magallanero, chismoso, copión, y ahora censor. Cualquier mierda que se pueda decir contra un hombre, y que no me la hayan dicho antes en la calle y en el barrio, ya estos vergajos me la dijeron. ¿Qué he hecho o qué haré para evitar que sigan haciéndolo? Pues nada de nada. ¿Y si tuviera el poder de hacerlo? Pues tampoco, aunque no tendré nunca la oportunidad de averiguar si sería capaz, porque nunca en la vida tendré un cargo o posición de poder en las estructuras formales burguesas (Estado o corporaciones).
En cuanto a los sitios moderados por la mencionada parranda de muchachitos comelibros obsesionados conmigo (jamás comprenderán cómo es que un taxista puede tener la capacidad para discernir que ellos no tendrán nunca), ya les copiaré un enlace. Mencionarlo aquí será mi regalo de navidad para el más obsesivo de mis seguidores-adoradores-detractores. En su última entrega me llama "mi anarquista virtual preferido" (¿no te digo yo?). Lean "eso":

http://www.panfletonegro.com/volante/2010/12/14/relativismo-resorte-y-democratas-del-siglo-xxi/

Entre otras cosas, se burla el pobre aspirante a neoyorkino de que yo no crea posible una sociedad anarquista o libertaria ahora mismo. Y se divierte porque cree que eso de "lucha de clases" es una guerra con cañones y misiles (y por lo tanto cree que en Venezuela no hay "de eso"). No se ha dado cuenta de que el peo ya empezó hace rato, mientras él estaba dialogando en sombrías bibliotecas con los divertidísimos autores holandeses del siglo 19.
En ese escrito se nota más bien moderado, a pesar de que su sobrecalentado subconsciente lo empuja a regodearse en mi uso de la palabra "güevo". Pero en otros anteriores (si tienen la paciencia de ponerse a escarbar en semejante clóset) verán algún despliegue de roña salvaje contra mí y contra mis escritos. Pobre patuleco reprimido que perdió su juventud yendo a una o varias universidades y ahora no soporta que un pobre sin estudios lo toree y se ría de sus provocaciones. Alguna vez lo leí con interés porque parecía tener buena capacidad y pundonor para el debate. Hasta que, en una de sus arremetidas, utilizó un recurso asqueroso, de esos que me han llevado a escribir mis "normas" para comentar en este blog. El bicho me dedicó un artículo (¡otro!) para echarme mierda, pero como no la tenía fácil se sacó esta de la manga: me puso a decir lo contrario de lo que yo había dicho, y a partir de allí construyó un personaje ficticio (el JRD de sus sueños), al cual sí pudo vapulear a placer, porque ese JRD que dice lo contrario que yo no salió a defenderse (y por supuesto, yo tampoco).
Bueno, pues ¡felices pascuas, "Krisis" (así se hace llamar el ultraintelectual en cuestión)! Al fin, después de tanto hacer maromas para figurar en este blog, aquí está tu regalo, tu premio de consolación. ¡Felicitaciones! Ya podrás decirles a tus amigos seudofilósofos que un día volteé para mirarte y escribir unos párrafos sobre tu "obra". Te los mereces.
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Así ando por la vida: diciendo lo que me da la gana y haciendo arrechar a quienes tienen una cabilla adentro que les impide doblarse, mirar por debajo, saltar. El chavismo me acusa de antichavista y el antichavismo me dice chavista, y esas cosas me indican que voy en el camino correcto, y que dentro del chavismo existe una tendencia que ya muchos detectamos hace rato: una derecha conservadora, una burguesía y unos ejemplares lamentables de clase media, que por serlo terminan pensando, actuando y deseando lo mismo que sus colegas antichavistas. El chavismo de derecha se salvará del proceso de arrase contra el chavismo que sobrevendrá cuando este Gobierno cese en funciones; nosotros seguramente no. O quizá sobrevivamos como lo hacíamos antes: bajo asedio de la hegemonía más poderosa de la historia, que está en la etapa final de su existencia pero por lo mismo se ha vuelto más voraz y agresiva.
Y acá estaré, mientras pueda. Fiel a mi decisión de no querer caerle bien a nadie sino de decir unas cuantas vergas más allá de etiquetas y posiciones prefabricadas. Tómenlo como otra declaración de principios.

lunes, 13 de diciembre de 2010

La Ley Resorte ya es un asco; ahora será más asquerosa... pero (afortunadamente) inaplicable

La Ley Resorte ya era inaplicable al nacer. Un papel que impide decir "coño" por TV mientras los chamos andan desatando sus hormonas desde los 10 años, perreando y reinventando el lenguaje en la calle, no es una ley sino el grito conservador de una burocracia conservadora.
Y ahora le agregarán más vainas inaplicables, como la prohibición de decirle burgués corrupto comemierda a Diosdado Cabello y a Henri Falcón. ¡Ah no, perdón!, antes no se podía hablar mal del güevón del Henri (como antes no se podía hablar mal de Miquilena, Pablo Medina, Alfredo Peña, Angela Zago...), ahora sí está permitido.

Ya antes hice reflexiones al respecto:


Recalco ahora la siguiente acotación: qué atrofiado sentido de la responsabilidad histórica y qué ignorancia del arte de la política, ponerse a crear estas herramientas-dinosaurio que un día caerán en manos del enemigo, y ese sí sabrá usarlas en contra nuestra. Al chavismo en funciones de Gobierno le da miedo, pena y pudor aplicar ciertas medidas, por culillo al "qué dirán". Cuando el antichavismo vuelva al control de su Estado de mierda (ese Estado podrido que no fuimos capaces de desmontar, sino que lo estamos fortaleciendo) ahí sí verán ustedes lo que es control totalitario, cierre de medios, represión y persecución. Y verán también a los derechistas declarados y a los derechistas de clóset celebrando el silenciamiento de todo lo que huela a chavismo, a izquierda y a pueblo. Hoy es malo pegarle a Globovisión; mañana el cierre de centenares de emisoras comunitarias y alternativas será motivo de fiesta. Porque aquí nadie cree en la libertad ni una cabeza e machete: aquí todo se vale (todo: desde golpes de Estado hasta acusaciones y ataques a la dignidad: todo) siempre que se le aplique al enemigo. Con el hocico se llaman demócratas pero eso es lo que bulle en los adentros: el deseo de que el otro no exista o que su vida sea un asco insoportable.

Así que, señores antichavistas, pueden dormir tranquilos: la Ley Resorte podrá decir lo que sea, pero nadie la va a aplicar. La burguesía y la clase media dentro del chavismo no se atreverán a atentar contra sus iguales antichavistas.

Y sí, la Ley Resorte ya es un asco y será mucho más asquerosa si le meten las modificaciones propuestas. En lo personal, yo me aplicaré a violarla cada vez que me salga del forro, como en efecto la violo cada vez que me invitan a la radio o a la TV. Lo más lamentable que pudiera pasarme a mi edad es tenerle miedo (o tan siquiera respeto) a alguna ley. Me cago en todas, y en esta en particular.

domingo, 5 de diciembre de 2010

196 años de la Batalla de Urica


Un aniversario más se cumple de la batalla de Urica (1814), momento emblemático, por misterioso, de la historia de nuestro pueblo: el primer jefe de la democracia, en su etapa germinal y más brutal, José Tomás Boves, cae abatido de un lanzazo en pleno campo de batalla, pero el Ejército Popular conformado por su gente, los esclavos y sirvientes alzados, continuaron la batalla y la ganaron. Mataron al jefe, pero nada pudieron hacer Ribas, Bermúdez, Zaraza y el resto del ejército patriota para contener al único ejército capaz de derrotarlo: el pueblo enardecido.
Porque las hordas de Boves no eran en realidad un ejército: era el pueblo que había entrado en combate. Cuando la masa de esclavos se acercaba a una población y llegaban noticias de ello ya el ejército mantuano comenzaba a desmoronarse. La servidumbre y los esclavos, el pueblo más pobre, comenzaba la fiesta de la victoria antes del primer disparo y el primer degollamiento: el grito que indicaba la cercanía de la apoteosis era el aterrador anuncio "¡MUÉRANSE! ¡LLEGÓ EL HOMBRE! ¡LLEGÓ BOVES!", con lo que los aristócratas y propietarios y sus fieles comenzaban en efecto a morirse.
Esto dice el cura Llamozas del traslado del cadáver de Boves a la iglesia de Urica: ""Don Josef Ambrosio Llamozas. Dignidad de Tesorero de esta Santa Iglesia Metropolitana, caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica, condecorado por S. M. el Rey de los franceses con la Flor de Lis. Como Vicario y Capellán primero que fui del Exército de S. M. en Barlovento, certifico en debida forma que el señor don Josef Thomas Boves, Coronel de los Reales Exércitos y Comandante general de aquella División, falleció en la acción que dimos en las inmediaciones de Urica, a primeros de diciembre de 1814, cuyo cadáver conduje yo mismo del campo de batalla, en compañía de Andrés Tomé, Juan Esteban Relazques Y don José Sánchez Correa; y le di sepultura en el primer tramo de la iglesia parroquial del pueblo de Urica. Y para que conste, lo firmo en esta ciudad de Caracas, a 4 dé diciembre de 1816". Otros testimonios narran que fue enterrado envuelto en largas vendas, y que al cadáver le ataron los pies para que cesara su andar. Dejó de hacerlo, sí. Pero el pueblo sigue andando.
De José Tomás Boves rescatamos, 196 años después, no al hombre sino a la metáfora, al aporte para la historia. El asturiano demostró, en primer lugar, que cuando los pobres y desposeídos se unen quedan rebasadas y sin sentido las nociones de patria, nacionalidad y raza (ese era el dato imcomprensible por el cual el taita más querido de su tiempo, es decir, él mismo, fuera blanco y español, y sin embargo era guía y timonel de la negritud más humillada). Y en segundo lugar, que el pueblo no necesita jefes para alcanzar la victoria.
Honor y gloria al Taita José Tomás Boves, y a su pueblo furibundo (nosotros mismos), que todavía no ha alcanzado su redención.