miércoles, 30 de abril de 2008

Tombos atracadores en Sabana Grande

Artículos referenciales:
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Más o menos desde que tengo uso de razón tengo bien claro lo que son los cuerpos represivos, mal llamados “de seguridad”. Durante buena parte de los años 90 le dediqué mi esfuerzo y mi tiempo vital a recopilar los casos de abuso y brutalidad policial contra la ciudadanía, y esto me fortaleció en mis convicciones primeras: los cuerpos policiales no tienen salvación porque fueron creados para hacerle un sucio trabajo al Estado Burgués, que es mantener a raya a los pobres, a los segregados, a los excluidos y a los que tienen cara de güevones. Reprimir, humillar y liquidar al que tiene aspecto de delincuente para que las clases acomodadas vivan tranquilas. La más clara expresión del fracaso del Estado Burgués es la degeneración de sus cuerpos policiales. Un ciudadano en la calle siente más rabia, molestia o miedo que tranquilidad al ver a lo lejos una patrulla o un paco: eso es lo que se llama inseguridad.

Alguien les dijo a estos hampones de uniforme que ellos son “la máxima autoridad en las calles”, y que por lo tanto ellos están allí para vejar a los ciudadanos, no para servirles. El “criterio de servicio público” es algo con lo cual se limpian el culo: ellos se acostumbraron a que su misión en las calles es demostrar que son más arrechos que los demás. Hoy, la institución policial está en proceso de descomposición, y no debe extrañarnos ya que el sistema para el cual sirven también está cayéndose a pedazos. Putrefacción en acción, lo llaman.

El viernes 25 de abril fui víctima de unos policías atracadores, quienes utilizaron un modus operandi del cual conozco varios testimonios. El sábado, tipo 3 am, al salir de un local en Sabana Grande, unos policías nos abordan (a mí, a mi pareja y a dos compañeros más) y nos piden los documentos. A mí me pegan contra la pared, me meten la mano en el bolsillo, me sacan el dinero (unos 1.600 Bs.F, mi primer sueldo en lo que va de año) y me dicen que me vaya. Así, sin más. El librito dice que si te pones bruto (y para bruto, lo que se llama bruto, yo mismo soy) te recoñacean por faltarle el respeto “a la autoridad”. Armé un verguero de tal magnitud que el tombo tiró la plata en el piso y se largó junto con los demás. Los perseguí durante varios metros gritándoles a todo pulmón la opinión que tengo de ellos. Lo más suave que me salió fue “malditos policías corruptos”. Regresé al local porque aquello empezó a llenarse de pacos, pero los empleados me sacaron.

Por supuesto, apenas salí los bichos volvieron a caerme e intentaron meterme en una patrulla, a lo cual me opuse con toda la fuerza de la que soy capaz. Me esposaron, se buscaron a un recogelatas cualquiera, el primero que encontraron, y lo obligaron a declarar que él me había quitado el dinero. Lo pusieron a mi lado y cuando estuvimos solos el bicho amenazó con chucearme en la cárcel. Bueno, ahí sí comenzó mi presentación en serio, cámara. Ustedes más o menos me conocen el natural antipático cuando escribo; deberían verme batiendo esa lengua cuando me hacen arrechar y además con unos tragos encima. Mínimo les solté unos dragones y unas mapanares por ese hocico, y ellos intentando meterme en la jaula. Pero no pudieron. Si lograban meterme ahí iban a desaparecerme, con toda seguridad: para eso son las jaulas sin placa, tomen nota. Buen aliciente para aguantar los vergajazos.

Por fortuna para mí, y acá es cuando debo reconocer que en medio de todo soy un privilegiado, mi mujer y amigos se dedicaron a hacer unas llamadas claves. Recibí varias respuestas y apoyo efectivo. La facción maluca de la Misión Boves no hizo acto de presencia. Todos estuvimos de acuerdo en que esta pelea la gano yo por las buenas.

La acción salvadora provino del alto Gobierno. Hay un par de ministros que me conocen o al menos me han leído, y al poco rato ya el Rodríguez Chacín estaba girando instrucciones para que se detuviera aquel circo nauseabundo: cuando dejaron de “ablandarme” y de responder a mis explosiones de indignación, ya había aclarado el día. Tenía cuatro horas recibiendo castigo con un perro (que lo soy, no se me olvida) en mitad de la avenida Casanova. Se habían acercado cuatro jaulas grandes y varias unidades motorizadas. Ni las motos ni las jaulas llevaban placa. Los tombos llevaban oculta su identificación. Todos menos uno de los que me quitó el dinero (y me lo volvieron a quitar): un coñoesumadre que responde al nombre de Jota Eichman, placa número 3222. Contra este delincuente me ensañé. Los demás no tenían nombre.

Como a las 8 am llegó un supercomisario que ordenó quitarme las esposas (supongo que por órdenes de arriba), pero insistía en que yo tenía que ir a declarar en la Zona 7. ¡Muchacho! ¡Si yo no supiera qué mierda es la Zona 7 me hubiese dejado llevar y ya sería una mancha en la Historia! Luego aparecieron unos defensores y un fiscal. Me llevaron a la sede de la Defensoría, y los tombos se fueron tranquilazos con mis centavos. Y la metáfora reflotando: alguien sin nadie a quién llamar la hubiese pasado peor. Tal vez ni la estaría contando.

Esto no es una acción aislada. Ya hay varios casos registrados en Sabana Grande. Yo voy a hacer lo que tenga que hacer para que al Eichman y sus compinches los metan presos o los boten de la verga esa. Aunque sea para quitarles la sabrosidad de andar atracando en uniforme. Y tal vez algo más, porque esa aberración llamada PM n o debe permanecer en las calles.

jueves, 24 de abril de 2008

Algo más sobre el Milton Friedman

Y bueno, resulta que el tipo cuyo nombre se le da a un premio a la Libertad, el Milton Friedman ese, andaba de besitos con Augusto Pinochet. Confieso el terrible pecado de no haberlo sabido hasta ahora.
Si usted, después de enterarse de algo tan escabroso como que existe un premio Adolfo Hitler de la paz, no tiene claro lo que significa la palabra cinismo, vaya a la página del Cato Institute y lea, letra a letra, la carta que el pana Milton le envió al paladín chileno de la libertad (de mercado), dándole recetas para zamparle a Chile recetas liberales duras. No lo descubrió o lo inventó Venezolana de Televisión: lo dice el propio instituto que homenajea al bicho.
Resulta conmovedor sobre todo el párrafo donde le recomienda "la eliminación de la mayor cantidad posible de obstáculos que, hoy por hoy, entorpecen el desarrollo del libre mercado. Por ejemplo, suspender, en el caso de las personas que van a emplearse, la ley actual que impide el despido de los trabajadores"...
Y otra:
"Tome las providencias necesarias para aliviar cualquier caso de real dificultad y severa angustia que se dé entre las clases más pobres. Tome en cuenta que las medidas tomadas no producirán, por sí mismas, daño en estos grupos. El despido de empleados públicos no reducirá la producción, sino que simplemente eliminará gasto2".

Si usted tiene nervios de acero, ármese con su merengada de Primperam y lea la mierda esa completa:

http://www.elcato.org/node/2067

Hay otro texto que desenmascara a este delincuente:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=42670


¡Felicidades, Yon! ¡Molleja e galardón te han otorgado!

Cocinando al líder del futuro

Antes de desmenuzar algunos significados, es preciso leer la reseña que hace Cato Institute de la entrega del premio Milton Friedman:
Washington, DC— El Cato Institute ha anunciado que Yon Goicoechea, líder del movimiento estudiantil venezolano que derrotó la reforma constitucional que le habría otorgado al presidente Hugo Chávez amplios poderes dictatoriales, es el ganador del Premio Milton Friedman por la Libertad 2008.
Goicoechea, un estudiante de 23 años, juega un papel decisivo en la oposición a la erosión de los derechos humanos y civiles en su país. En su compromiso por una Venezuela moderna, Goicoechea enfatiza la tolerancia y el derecho de las personas a aspirar a la prosperidad.
El Movimiento Estudiantil de Venezuela nació en mayo del 2007...
Basta.

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Pensar el futuro no es un acto tan poco frecuente ni tan banal como el que sugiere la palabra esa, “futuro”: horóscopos, adivinadores, mercachifles y demás profetas. De hecho, el ser humano se la pasa en eso. Imaginándose qué va a ser de nosotros, cómo debería ser, cómo sería si hiciéramos tal cosa. Sin esa soñadera perenne estaríamos estancados y sin posibilidad de mejorar esto.
O de empeorarlo.

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También es frecuente que uno busque en el pasado las gestas ejemplares que habrían de moldear el futuro. Pero lo que sí escapa a toda lógica, a todo soñar productivo o promisorio, es que a una banda de carajitos se les quiera imponer como ejemplo y comparación a la Generación del 28. Molleja de las mollejas: al niño Goicoechea lo quieren convertir en la reencarnación de Rafael Caldera o Rómulo Betancourt, en el menos lamentable de los casos.
Ese, al menos es el sueño de una clase política en estado de descomposición, que vio pasar hace rato momentos de esplendor y hoy son la hez fecal de la historia. Pero hay un segmento, más depravado y más poderoso, dentro en ese espectro repulsivo de la derecha, que tiene otros planes.

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¿Cuál será el sueño de esos muchachos? Eso no importa. Lo que pesa ahora, y seguramente seguirá pesando hasta que la larva reviente y dé paso a la mosca mierdera, es lo que les tienen reservado a ciertos ejemplares los maquinistas del poder económico mundial.

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No fue una mención casual esa de Goicoechea. No podía serlo, ya que a este pimpollo del sifrinaje lo están cocinando dentro y fuera de Venezuela, pero en serio, como futuro líder de la derecha. Suficientes demostraciones de cariño y algo más le han llovido de todas partes. Aquí mismo en Venezuela la revista de Rafael Poleo le concedió la distinción de “Hombre del Año”. Poco antes lo habían invitado a España para codearse con el nazismo en sus formas más vergonzosas. Allá tuvo el “honor” de retratarse al lado de Mayor Oreja, un sujeto cuya más alta hazaña consiste en haber hecho una defensa febril del dictador Franco, sin que por ello el diario El País lo deje de llamar demócrata.
Esta misma semana se le concedió al Yongo el “Premio Milton Friedman a la Libertad”. En la pugna entre adecos y sus derivados versus derecha-derechita, aristocrática y con vocación mundial, por conquistar los derechos sobre el eventual capital político de este pichón de facho, nada tienen que buscar los primeros: a mierda debe saberle al muchacho el ser “Hombre del Año” de una revista leída por 35 personas, todas ellas momificadas o fulminadas por el alcoholismo, cuando una institución norteamericana le obsequia un premio de 500 mil dólares y le otorga además con ese acto jerarquía de distinguida personalidad mundial. Algo le tiraron también al gordito Sánchez en la versión criolla de la revista Times, pero los segundones aquí no cuentan.
Acotación al margen: el Yongo ha dicho que donará los 500 mil verdes a una institución equis donde se fabrican políticos. Lo cual ya habla de cómo va el entrenamiento: su objetivo no son los reales (que le sobran o sólo tiene que pedirlos) sino el poder. Cosa que dejó caer en unas declaraciones a EFE: “Me gustaría optar por un cargo público en mi país”.

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¿Por qué se premia y se endulza tanto a Goicoechea y no a otros? ¿Por qué tanto revuelo a su alrededor? Se supone que porque es el líder del movimiento estudiantil venezolano. Se supone (o suponen ellos) también que dicho movimiento estudiantil derrotó al chavismo en el referendo de diciembre. Ambas premisas son falsas, pero allá ellos con sus fantasías. Lo que importa es el trasfondo y sobre todo el contexto de esas mentiras: Yongo dizque es “el líder” del movimiento estudiantil. Supongamos que ellos quieren decir “el movimiento estudiantil antichavista”. De modo que el Stalin González y otros más están pintados en la pared, y en este caso concreto se entiende: Stalin carga con el enorme lastre de su nombre (el cual informa que su familia no soportaría una prueba de pureza política), y además es negro y cree que es de izquierda. Jamás el nombre de Stalin aparecerá al lado del de Milton Friedman, como no sea para echarle en cara la traducción literal del apellido judío: “fried-man” significa “hombre frito”.
Tan jodido está el pobre muchacho que ni siquiera lo han asesorado correctamente. Por ahí anda dando lástima, lanzándose a candidato a la alcaldía de Caracas y con algo así como el 0,3% de aceptación.
Tenemos entonces: negro ucevista, diez veces repitiente, que no sólo se llama como se llama sino que la otra vez dijo ser más izquierdista que Chávez. Y en la otra esquina: blanquito ucabista con más de un gen europeo; derechista genuino a quien sólo le falta decir públicamente que lo es. ¿Ya adivinaron cuál es el consentido de la derecha, del club WASP en busca desesperada de propagadores en todo el mundo? ¿Se entiende ya por qué a uno lo espera la unción por parte de lo más rancio de la hegemonía mundial olorosa a yuppie y a cortes, mientras al otro lo espera apenas el papel de escudero de los adecos y neoadecos?

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Yongo ha donado los 500 mil dólares del premio a una escuela de formación de líderes políticos. No es que le ordenaron hacer un simulacro de donación para propiciar una forma elegante de destinar fondos de una institución gringa, subsidiada entre otros entes por el Departamento de Estado, a una fábrica latinoamericana de engendros proyanquis. No, chico, cómo vas a pensar eso. Tú como que eres comunista.