jueves, 3 de mayo de 2007

La gente según "la gente"

Este post va dedicado a "la gente" que dice que Chávez inventó el odio clasista, que eso no existía y que la clase media ama a los pobres.
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En estos días me he tropezado, sin esforzarme mucho por buscarlos, algunos testimonios del desprecio natural que la gente le produce a cierta gente. Quizá no tenga mucho de perverso pero hay que registrarlo debidamente porque siempre es bueno buscar vestigios de la enfermedad cuando uno vive en una sociedad enferma: es común y casi ni se discute la visión según la cual es de pinga andar por Caracas en Semana Santa, Carnavales o en diciembre, porque queda semidesierta. No sé donde queda exactamente la frotera entre la misantropía y el derecho a la comodidad, pero es digno de revisión el que a alguna "gente" no le guste andar entre la gente: yo estoy cómodo si el otro no está cerca, no me toca, no me impregna con sus olores y sudores; me siento bien en "mi" ciudad sólo si el otro no me molesta con su música, que para mí es ruido. El seudofilántropo o seudohumanista dirá que le interesa la gente, pero bien lejos.
Del bulevar de Sabana Grande decía o dice "la gente" que era un desastre porque había muchos buhoneros. Ayer leí un post en el blog de un chamo, el cual contiene un extracto de algo que leyó en El Universal: En Sabana Grande ganó la gente. Acto seguido, hace un recuento de lo bien que la están pasando los comerciantes y los compradores, "luego de diez años de ocupación por parte de los buhoneros". Primera conclusión: los buhoneros no son gente. Gente es la que compra y vende según las reglas y normas de la economía formal. Y la que opina que no debe haber buhoneros en Sabana Grande.
Más abajo queda claro hasta qué punto es patente y terrible el ninguneo, la despersonificación de esos elementos no-gentes que son los buhoneros: "Juan Vicente Santiago pasea con sus lobos siberianos Amadeus y Salieri que salivan agitados sobre los adoquines. 'Esto no lo hacía desde hace 10 años. Vivo en La Florida y siempre me gustó esta zona. Ahora mis perros y yo ejercitamos aquí. Me preocupa que hay indigentes, pero también veo a la Policía Metropolitana por todos lados". Patético: el bulevar era un asco cuando había buhoneros, ahora es de pinga porque "la gente" puede llevar a sus perros a hacer ejercicios y seguramente a cagar. Con ciertos alimentos preparados, la mierda de perro es más soportable que la presencia de los bunoheros y de los mendigos.
Por fortuna, ahí están los paladines de la policía, prestos a coñacear a la gente si se atreve a incomodar a "la gente".

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El Universal de hoy viene también cargado de esa porquería llamada apartheid, exclusión, desprecio de los otros por su origen y condición social.
En la página 3-2 hay un semirreportaje que espeluzna. Su titular: Un paseo por el que nadie pasea. El resaltado es mío y tiene mala intención, pero no tanta como el que queda al descubierto al leer el sumario: Bancos y caminerías de la avenida Bolívar sólo sirven para albergar a mendigos. Otra conclusión lógica: ser mendigo es ser nadie. Una sociedad entrenada para convertirlo todo en mercancía, para consumir, comprar y vender, la gente que quedó fuera del sistema es un desecho, una presencia fastidiosa, algo que espanta a "la gente".
Otra hazaña de El Universal. Dice el gran titular de la página de sucesos: En La Vega matan a la gente por un bollo de pan. Uno se detiene un momento a leer la nota porque quiere averiguar por qué la gente de La Vega es tan coñoemadre, y se encuentra con que el bichito manipuló el comentario de una madre adolorida para ocultar en el titular la verdadera noticia: “El 1° de mayo salió un joven de su casa para comprar el pan, y fue atacado a tiros por miembros de una banda al confundirlo con un habitante de otra zona”.

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Post data. Hoy es dizque el Día Mundial de la Libertad de Expresión. Una ONG llamada Espacio Público ha dicho que las descalificaciones contra los periodistas son atentados contra la libertad de expresión. Yo opino que los periodistas que perpetraron los ataques contra la verdad señalados arriba son unos irresponsables, unos seres despreciables como profesionales. Esto los descalifica, así que yo estoy atentando contra la libertad de expresión. La verdad no es importante, lo importante es el derecho de esos vergajos a mancillarla.

4 comentarios:

Yosmary Delgado dijo...

Hola Duque!
Pase a leerte, saludarte e invitarte al II Maratón PodcastBlog. Visita: Yosmary

Anónimo dijo...

Coincido con muchos de sus planteamientos pero no puedo dejar de observar que aunque los amigos buhoneros también son gente con necesidades y derechos y también deberes hay un elemento fundamental en el ordenamiento de las ciudades, en las normas, en las leyes y que significa un mejor nivel de vida y de convivencia para la gente no buhonera y para la gente buhonera que quieran compartir una ciudad. No se puede justificar un caos, un desorden que es incómodo, inseguro e insalubre para todo el mundo (buhoneros o no buhoneros) sólo para evitar que se diga que se están discriminando a los buhoneros reubicándolos en otros lugares.

Hay que saber apreciar el orden, las normas y las leyes en cuanto a que el cumplimiento de estas debería permitir que subista y conviva toda la gente sin pisotear o violentarse o perturbarse los unos a los otros sino más bien con una conciencia colectiva de progreso y bienestar.

¿Como aceptar caminar por el medio de una avenida con los carros rozándole si existen aceras hechas para la circulación de los peatones?

No se debe resolver un problema causando 10 problemas peores.

Saludos y mis respetos!

Rei

Anónimo dijo...

Yo creo que los trabajos periodisticos citados tienen una gran carga de discriminacion. Sin duda. Y es que el problema de la ciudad es mucho mas grave que eso. Fijate que hablas de gente mendigando, de gente vendiendo en la calle, de gente con musica en la calle, de gente con perros cagando en calle. Es decir gente haciendo cualquier vaina en la calle. Toda esa gente, la que mendiga o la que pone a sus perros a cagar en la calle debe convivir en una ciudad. O sobrevivir, cada cual con su circunstancia.Cuando empieza el derecho de uno o el derecho del otro? Esa es la cuestion. A mi me gustaria que no hubiera gente mendigando ni gente con perros cagando. Claro que por razones distintas. En el primer caso porque me parece terrible que a un ser humano le toque se mendigo. Cada vez que veo a la gente jodida en la calle me doy cuenta que falta mucho por hacer en este pais. Y hasta ahi lo dejo porque no me dare golpes de pecho. En el segundo caso porque me arrecharia mucho pisar un mojon de perro en la calle. Ciertamente hay una gran carga de exclusion en esos periodistas y la verdad en esos textos no se ve por ningun lado. Pero hay mas gente, que no la cierta gente que mencionas al principio de tu escrito, que no cree que los buhoneros no sean gente simplemente cree que tiene derecho a caminar por Sabana Grande o que este gobierno sea lo suficientemente justo como para que no haya gente mendigando en la calle.La ciudad esta jodida, porque la gente que vive en ella esta jodida. La gente justa y la gente injusta. La gente con plata y la gente sin plata. Siempre es un problema a resolver por la gente. Creo que me sali del tema porque tu punto es demostrar que la clase media discrimina o siente asco por los pobres. Tesis que comparto.Pero nada, es que cuando se trata de la ciudad y su gente, pues siempre me emociono. Lo dejo asi por ahora.
Saludos
Mecha

Juan Carlos González Díaz dijo...

Pana:

Estoy de acuerdo con muchos de tus comentarios, sobretodo en los que enfatizas el problema de la exclusión de los indigentes, los "últimos de la fila", como algunos los llaman.

Por otro lado creo que el tema de las personas que se dedican a ganarase la vida como buhoneros tiene que ser tratado con toda la complejidad del caso: derecho al trabajo vs. espacio público, ausencia de seguridad social, pésimas condiciones para trabajar, aumento de la inseguridad, y sobretodo, la asquerosa mafia que está detrás del negocio buhoneril.

Además, podemos pensar que ese que pasea a su perro lo que quiere decir es que por fin recupera un espacio para caminar sin sufrir la paranoia de un probable atraco, y que si hoy son perros, mañana podrá pasear con sus hijos, o sus padres, o la familia, o la del buhonero, o la de algún amigo con el que desee fumarse un cacho.

Ya me voy, sólo te digo que algunos de tus comentarios me dan ánimos para seguir escribiendo sobre algunos puntos que comparto contigo.

Ahí nos vemos pues,

J.