Las malas relaciones de Chávez

En El Nacional del martes 2 de mayo de 2006, página A-12, aparece un cintillo, arriba, contentivo de algo que pudiera ser una trampita cazabobos o un descuido por andar haciendo el periódico a toda carrera y con una gran ladilla, un primero de mayo.
Dice la nota:

RICE LAMENTA QUE CHÁVEZ

TENGA MALAS RELACIONES

La Secretaria de Estado Condoleezza Rice lamentó ayer que el presidente venezolano, Hugo Chávez, trate de tener malas relaciones CON ESTADOS UNIDOS, dando como ejemplo sus declaraciones contra George W. Bush y la agresión sufrida recientemente por su embajador en Caracas...

El resaltado es de este servidor.
Y las conchas de mango son dos.

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Por una parte, la contradicción entre lo que dice el título y lo que informa la nota es tan evidente que quizá no hacía falta resaltar frase alguna, sólo que los idiotas y los distraídos también tienen derecho a entender ciertos chistes, obvios o no. En esta casa se respeta a las minorías.
Es más, voy a ahondar más en ese chiste: ni siquiera una niña como la Rice puede ser tan cínica como para lamentar que el presidente de un país equis tenga malas relaciones, siendo que el suyo entiende por "relación" el acto de bombardear a quien considera miembro de algún eje del mal, y de recibir a cambio algún vergajazo severo tipo Torres Gemelas: eso es tener malas relaciones. Así que liberamos de toda culpa por esta vez a Condoleezza y se la encasquetamos duro y sin reservas a El Nacional, periódico que ha hecho de la deformación de las noticias una especialidad.
Por otra parte, está el lindo piquete contenido en la frase: ...la agresión sufrida recientemente por su embajador en Caracas, refiriéndose al festival de huevos y tomates con que recibió una gente al jodedorcito del Brownfield en el mercado de Coche.
A ver: es lógico también que Estados Unidos le haga creer al mundo que esa "agresión" fue organizada por el Gobierno de Venezuela o por Chávez en persona. Victimizarse siempre ha sido una buena estrategia para ganarse la voluntad de la opinión pública, aunque hay que ser bien gafo o bien hijo de puta para no darse cuenta de que todos los huevos y tomates de la cristiandad no duelen más que uno solo de los misiles que los gringos han arrojado contra quienes no les lamen las botas.
Ni siquiera nos preguntemos qué convenciones o cosas más sagradas han violado Bush en persona y el imperio en su conjunto al desguazar vidas y vestigios de la cultura milenaria de Bagdad. Lo interesante es que los medios de aquí hicieron fiesta porque Venezuela dizque violó la Convención de Viena, cuando una gente del pueblo llano le manifestó su desprecio al embajador a punta de huevazos. Sucedió más o menos lo mismo en 1958, cuando Richard Nixon visitó Caracas bajo una lluvia de piedras. El más o menos tiene que ver con el hecho de que entonces no se responsabilizó al Gobierno sino a los comunistas.

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¿Hablamos de tecnicismos, para complacer a los adoradores de libros y diccionarios? Vamos a darle: cuando El Nacional publica la frase así, sin colocarle unas malditas comillas que indiquen que eso es una cita textual, está dando por hecho que aquel episodio del mercado de Coche fue una "agresión", y que el autor de tal cosa fue el Gobierno de Venezuela. Otra vez, aquí, resulta más asquerosa la posición de ese diario que la del propio Gobierno de Bush: que éste acuse a Chávez de lo que sea es comprensible, pero que lo haga un periódico venezolano para seguir echándole leña a la candela, compadre...

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En esa misma onda, no es para nada casual que las declaraciones de Rice y las trampitas de El Nacional se produzcan justo cuando el presidente Toledo, cuya popularidad en Perú anda por 12 por ciento, “amenaza” a Venezuela con romper relaciones si Chávez sigue diciendo lo que hay que decir sobre el pupilo de aquél, el adeco Alan García. Ya es un hecho que será García quien saldrá con el apoyo del poder económico y del imperio a tratar de frenar la avalancha Humala, y esto los ha puesto a la defensiva.
Y también a la ofensiva: eso de que Rice lamenta que Venezuela tenga malas relaciones es un chiste tan malo que ni siquiera un gringo puede dejar de darse cuenta del mensaje real: la administración Bush es feliz cada vez que nuestro país tiene un tropezón con otro.
A tal efecto, pudiera valer la pena pedirle a Chávez que evite estos roces.
Pero en presencia de tanto lacayo y tanto pitiyanqui, parece que los roces (y algunos encontronazos) son inevitables.

05/05/2006